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sábado, 30 de noviembre de 2013

CARLOS HIDALGO (PINTURA)

 Carlos Hidalgo nació el 14 de junio de 1948 en la ciudad de Santiago Rodríguez. Estudió Artes Plásticos en la Escuela Nacional de Bellas Artes con los profesores Pedro García de Villena, Marianela Jiménez, Gaspar Mario Cruz, Ada Balcácer, Lepe, Gilberto Hernández Ortega y Guillo Pérez.
Su primera participación en una colectiva fue en el año de 1969 en la Galería del Centro de Arte. En ese mismo año obtuvo Premio en el concurso estudiantil organizado por el Grupo Friordano en la Universidad Católica Madre y Maestra en la ciudad de Santiago de los Caballeros.

1x1.trans Biografía de Carlos Hidalgo


En 1975 Carlos Hidalgo realiza su Primera Individual en la Galería 7. También realiza en este año un mural alusivo al descubrimiento de América ( “Encuentro de dos culturas”), así como varias obras para el Museo Nacional de Historia. Entre ellas un mural a Juan Pablo Duarte (retrato).

Carlos Hidalgo ha participado en varias exposiciones colectivas, Bienales y concursos celebrados en el país, tales como la IX y la X Bienales de Artes Plásticas de Santo Domingo.

Sus obras se encuentran en colecciones privadas del país y del extranjero.

Su Segunda Exposición Individual la presentó el 19 de Enero de 1984 en la Galería de Arte Nader.

Las principales exposiciones colectivas en que ha participado Carlos Hidalgo son: “Rostros” en el Centro de Arte de Nidia Serra, Colectiva Popular organizada por el Movimiento Cultural Universitario, Expo-colectiva de la UASD, en Casa de Teatro en 1977, Pintores Dominicanos en Panamá en 1976, Expo-Homenaje a Orlando en Galería Giotto, Expo-Joven Pintura en 1976, organizada por la Dirección Nacional de Turismo, Visión Histórica de la Plástica Dominicana en el Banco de Reservas, Expo-colectiva en el Hotel Sheraton, en la Galería Nader, Expo-colectiva del Patronato Pro-Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia y en la Galería de Arte Moderno en 1983.

En 1969, recibió el 1er Premio del Ayuntamiento del D.N.

En 1970, recibió el 2do Premio del Concurso Friordano de la Universidad Católica Madre y Maestra.

En 1975, participó en una exposición colectiva “Pintores Jóvenes” en las oficinas de la Secretaría de Estado de Turismo de R.D.

En 1998, participa en la Expo-Colectiva de Pintores Latinoamericanos, en la Galería El Mesón del Arte, junto a Gilberto Hernández Ortega, Wilfredo Lam, Eligio Pichardo, Joaquín Torres García, Jaime Colson y, Juan Bosch (escultura), entre otros.



Las obras de este reconocido pintor dominicano han sido escogidas por coleccionistas de Alemania, Francia, Italia, Suiza, Brasil, Japón, China, Estados Unidos, y otros.

jueves, 28 de noviembre de 2013

TORTUGAS MARINAS EN REPÚBLICA DOMINICANA

Las tortugas marinas constituyen un antiguo grupo de animales que se adaptó a la vida en el mar hace más de 100 millones de años. Increíblemente, parece ser que su forma y características de vida han variado muy poco desde ese entonces, convirtiéndose en verdaderos recuerdos de los tiempos de los dinosaurios.

Reptiles Adaptados al Mar

La vida en el medio acuático ha influenciado la evolución de las tortugas marinas, por lo que han desarrollado grandes adaptaciones para desenvolverse en el medio donde viven.
Por ejemplo, han transformado sus patas en aletas, lo que las ha convertido en potentes nadadoras. Las aletas delanteras la utilizan para impulsarse, mientras las traseras le sirven como timón y para maniobrar dentro del agua. Además sus caparazones se han aplanado y sus cuerpos se han vuelto más livianos.

También se han adaptado fisiológicamente al mar. Así, aunque respiran aire en la superficie del mar, han desarrollado complicados mecanismos para poder mantenerse sumergidas por largos períodos de tiempo y a grandes profundidades.

Su Reproducción

Como todos los reptiles, las tortugas marinas son ovíparas, es decir, se reproducen por huevos. Aunque pasan toda su vida en el agua, las hembras deben volver a la tierra para depositar sus huevos. El nido consiste en un agujero en la arena cavado por la madre, y donde quedan depositados entre 50 y 200 huevos blancos y redondos. Luego de tapar el nido, las tortugas se dirigen al mar de nuevo. Una madre puede anidar varias veces durante un solo período de desove.
Al nacer, aproximadamente dos meses más tarde, las tortuguitas se dirigen directamente al mar. Aún se desconoce con certitud el mecanismo utilizado por las recién nacidas para guiarse hacia el agua. Tanto en el trayecto desde el nido hasta el agua, como dentro del agua, una gran parte de las recién nacidas son devoradas por depredadores.

Las Tortugas Marinas en la República Dominicana

En las aguas de la República Dominicana existen las siguientes especies de tortugas marinas:

LA TORTUGA CAGUAMA O CABEZONA
(Caretta caretta) 

Tortuga Gaguama o Cabezona

Características Generales 
La tortuga es conocida como caguama o cabezona debido a que su cabeza es proporcionalmente mayor que las de las otras especies, midiendo aprox. 25 cm. Su caparazón tiene forma de corazón, con cinco pares de escudos costales y de color marrón. El plastrón es de color amarillo-café. 
Tamaño 
El caparazón mide aproximadamente un metro y puede pesar hasta 150 Kilogramos. Las aletas frontales son pequeñas aunque mas gruesas que las de otras especies, y tienen dos uñas cada una. Las aletas traseras pueden tener dos o tres uñas.  
Hábitat 
Aunque se encuentra principalmente en aguas templadas y, a veces tropicales y sub-tropicales a través del mundo, puede habitar a lo largo de un enorme rango marino de norte a sur. En el hemisferio occidental, sus rangos extremos han sido Groenlandia al norte y Argentina al sur. Sus áreas de alimentación preferidas son estuarios, bahías y aguas someras del talud continental. 
 Dieta 
Son básicamente carnívoras, con mandíbulas muy poderosas las cuales le permiten destrozar las conchas y caparazones de moluscos, crustáceos y otros invertebrados que viven en el lecho del mar.  
Anidación 
Al igual que otras especies de tortuga marina, es difícil determinar la edad en que la caguama llega a la madurez sexual; sin embargo, estudios han estimado que alcanza la madurez sexual entre los 16 a 40 años. La tortuga caguama anida entre cuatro y siete veces por temporada, pero no anida todos los años - solo vuelve a poner en intervalos de dos años o mas. El período entre cada nidada es de 12 a 14 días. Cada nido tiene entre 100 a 130 huevos, con un período de incubación promedio de 60 días. La mayoría de la nidación dentro del Continente Americano ocurre en la costa sureste de los Estados Unidos. Sin embargo, se han reportado anidaciones en América Central y la parte norte de Sur América.  
Crías 
Los neonatos se distinguen por el color café oscuro de su caparazón, con un color café pálido alrededor de los bordes de las aletas. Sus aletas delanteras son mucho más pequeñas que la longitud del caparazón, el cual mide aproximadamente 45 mm. 
Migraciones 
Es conocido que los adultos hacen migraciones de larga distancia entre las áreas de forraje y anidación. Por ejemplo, estudios que utilizan transmisores satelitales han demostrado que cuando las hembras no están anidando en la costa sureste de los Estados Unidos, se encuentran tanto en las aguas costeras cercanas como a lo largo del Golfo de México, la Península de Yucatán, Bahamas y las Antillas Mayores. Para mejorar el manejo de esta especie, se están comparando dichos estudios con la distribución de las actividades de la pesquería comercial y las áreas donde se utilizan redes de arrastre. Estado de conservación La Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) la clasifica como una especie en Peligro de Extinción, lo que denota un nivel de alto riesgo en el futuro cercano. 
Amenazas 
Las amenazas principales a la caguama son el desarrollo costero, la polución marina y las pesquerías comerciales, principalmente camaroneras de arrastre.  
Tendencias 
En general, las poblaciones de esta especie han ido en declive; sin embargo, existen casos, tales como en la costa sur de Florida, que han reportado un aumento en la actividad de anidación.  
Convención Interamericana de Tortugas Marinas 
Desde tiempo atrás se han venido haciendo esfuerzos para conservar las distintas poblaciones de tortugas marinas que habitan en el Continente Americano a través de la participación de una gran variedad de entidades, tanto gubernamentales como no gubernamentales. La Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CIT), entró en vigencia en Mayo de 2001, como un espacio de dialogo y acción en las gestiones pro-tortugas marinas. En la actualidad once países- Belice, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos de América, Guatemala, Holanda (Antillas Holandesas), Honduras, México, Perú y Venezuela - son Partes Contratantes, mientras que dos más, Nicaragua y 
Uruguay, han entregado los instrumentos de accesión ante el Gobierno de Venezuela, quien es el depositario oficial. La CIT es el único organismo internacional que establece instrumentos legales y lineamientos para que cada Parte pueda proteger y conservar las poblaciones de tortugas marinas y su hábitat, reducir la captura incidental y fomentar la cooperación internacional en la investigaron y manejo de las tortugas marinas, entre otros. 

Tortugas marinas verdes

tortugas marinas
Tortugas marinas verdes






Descripción
La tortuga verde es una especie bastante grande, con una longitud de unos cinco pies y medio y un peso de hasta 400 libras. Tiene un caparazón duro en el exterior que puede ser muy colorido en la parte superior con tonos de rojo y naranja. Se cree que los colores cambian a lo largo de la vida de cada tortuga verde.

Distribución
La tortuga verde se encuentra en las regiones tropicales y subtropicales. Hawái tiene una de las mayores poblaciones de tortugas verdes en el mundo. Otros lugares donde se han identificado incluyen Australia, México, India y Asia.

Comportamiento
Les encanta trepar a la orilla de la playa y pasar el tiempo tomando el sol. Son buzos de profundidad, pero deben de subir cada cuatro o cinco minutos para tomar aire.

Dieta / Alimentación
Es común que las tortugas verdes migren miles de kilómetros en busca de comida y anidamiento. Los hábitos alimenticios de esta tortuga son muy interesantes. Cuando las crías entran en el agua son consumidores de carne. Cuando tiene cerca de 3 años de edad, pasan a ser vegetarianos, consumiendo algas y plantas marinas.

Reproducción
Los machos volverán al lugar donde nacieron cada año para aparearse. Incluso si esto significa que deben viajar largas distancias. Las hembras pueden tener vario lugares de apareamiento por lo que no siempre terminan en el mismo lugar todos los años. Se cree que la tortuga verde de mar hembra sólo se reproduce cada 2 o 4 años en lugar de anualmente.
Las hembras cavan sus nidos en la arena para depositar sus huevos, pueden poner de 100 a 200 huevos muy pequeños. Ella no va a permanecer con ellos hasta que nacen, un par de meses más tarde. En su lugar, las crías deben luchar solas para salir de los huevos y luego ir directamente hacia el agua.

Conservación
Se estima que una tortuga verde de mar puede vivir hasta 80 años si las condiciones son adecuadas. Sin embargo, se encuentran en la lista de especies en peligro de extinción en este momento, y esfuerzos para protegerlos a ellos y a sus huevos sean destruidos son llevado a cabo. La protección de su hábitat natural es también algo en lo que se está trabajando. Algunos lugares donde una vez se mató a la tortuga verde tienen ahora miles de ellos.

La interacción humana
Los seres humanos representan una gran amenaza para la tortuga verde. En primer lugar, es normal que en muchas regiones sean usadas para consumir su carne. Un gran número de adultos mueren anualmente con este fin. En segundo lugar, sus huevos son considerados una gran fuente de alimento también. Por lo tanto, no es raro que en las áreas de nidación sean eliminados cientos de huevos para el consumo humano.
Muchas tortugas verdes viven en las zonas donde la pesca se lleva a cabo a gran escala. Aquellos que quedan atrapados en las redes de pesca, la mayoría del tiempo se ahogan antes de ser descubiertos. Además, su hábitat natural sigue estando amenazado por los movimientos humanos en las zonas de playa, es aquí donde las tortugas les gusta poner sus huevos, pero es difícil hacerlo con los humanos en la zona.

Tortuga carey

tortuga marina carey
Tortuga Carey
Descripción
En primer lugar, te darás cuenta de que la tortuga marina carey tienen un caparazón en forma de corazón. Cuando la tortuga crece la forma de corazón crece y se hace más largo. La cabeza es pequeña y cónica, con una boca que se asemeja al pico de un pájaro. Tienen dos pares de escamas a lo largo de la parte delantera de sus cuerpos.
Te darás cuenta de pequeñas garras en sus aletas delanteras. Este es un tipo pequeño de tortuga marina, con una superficie total de menos de tres pies y un peso de no más de 300 libras. Son lentas en la tierra.

Distribución
La mayoría de las tortugas carey viven en zonas tropicales de ambos océanos, Atlántico y Pacífico. Sin embargo, también existe un gran número de ellos en las zonas más frías, alrededor de Massachusetts y Nueva Jersey en los Estados Unidos. Les encanta estar en zonas rocosas, y sobre todo, permanecer en aguas poco profundas. No es común encontrarlas a más de 65 metros bajo la superficie.
Por lo general, en cualquier lugar donde se encuentren zonas de arrecifes de coral se encuentran una gran cantidad de tortugas carey. Pasan la mayor parte de su tiempo en el agua, pero son buenos escaladores en tierra, con el fin de llegar a las zonas de arena para depositar sus huevos.

Dieta / Alimentación
La principal fuente de alimento de la tortuga carey son las esponjas. También consumen medusas, peces, moluscos, crustáceos y gusanos para satisfacer su necesidad de alimentos.

Reproducción

Las hembras estarán listas para aparearse cuando tienen cerca de tres años de edad y para los machos es de cuatro años de edad. El apareamiento sólo se lleva a cabo cada dos o tres años para las hembras. El proceso ocurre en aguas poco profundas cerca de las playas. La hembra decide con quién se aparea. Existen algunas teorías de que los machos y las hembras se aparean con la misma tortuga cada vez, pero no existe suficiente evidencia en este momento para confirmar esto.
Las hembras van a la playa para hacer un nido donde depositarán los huevos. En la época de apareamiento hacen esto tres veces. Los huevos se depositan con cerca de 15 días de diferencia, pone de 100 a 150 huevos a la vez. Tomará aproximadamente 60 días para que los huevos eclosionen.
Las crías son muy susceptibles a los depredadores cuando son jóvenes, debido a que no son capaces de sumergirse todavía. Por lo tanto, deben vivir en la superficie del agua cerca de la costa. Muchos de ellos son consumidos por los depredadores, antes incluso de llegar al agua.

La interacción humana
Durante siglos los humanos han consumido la tortuga carey por la carne. También toman los huevos para el consumo propio lo que evita que la población crezca. Otro problema fue la venta de los carapachos de la tortuga carey. Esto se debió principalmente al mercado en Japón, en el que ha sido prohibido desde 1993.

Conservación
Se estima que una tortuga carey puede vivir hasta 50 años en estado salvaje. Incluso las tortugas carey adulta tienen varios depredadores de los que debe cuidarse. Se incluyen los mapaches, tiburones, cocodrilos y peces de gran tamaño. El número exacto que queda es difícil de estimar con precisión.
Aún así, ahora es ilegal cazar o matar a la tortuga carey en muchas áreas del mundo. Se cree que el bajo el número es suficiente para que sean colocados en la lista de Especies en Peligro de Extinción.

Tinglar

Tortuga Tinglar
Descripción
El tinglar es la tortuga marina más grande que existe en nuestro planeta. Los tinglares adultos pueden medir hasta siete pies de largo y pesar hasta 1,400 libras. Su color es predominantemente negro. El tinglar es la única tortuga marina que no posee un caparazón duro. En su lugar, está protegida por su piel coriácea (de consistencia recia y flexible, como la de cuero) en la que aparecen siete crestas o aristas longitudinales.

Información Biológica
Los tinglares existen desde antes de que los dinosaurios existieran. Esta tortuga es mayormente pelágica, o sea, que vive en el océano. Es la tortuga marina que más distancia migra y sus enormes aletas delanteras le sirven para recorrer miles de kilómetros. Al igual que las demás seis especies de tortugas marinas, el tinglar vive en el mar sin necesitar fuentes de agua dulce, obteniendo suficiente agua de su dieta. El tinglar se alimenta principalmente de aguavivas. Sus quijadas son suaves y podrían dañarse con cualquier otro alimento que no sea aguavivas, tunicados y otros animales de cuerpo blando. Los tinglares se sumergen a más de 1,000 pies de profundidad, pudiendo alcanzar profundidades de sobre 3,900 pies.
Cada dos o tres años los tinglares hembras se acercan a las aguas tropicales para anidar. Aunque se cree que las tortugas marinas regresan a anidar a las playas donde nacieron, todavía no se puede explicar el mecanismo que éstas utilizan para orientarse. Durante la temporada de anidaje (febrero a julio), la hembra del tinglar sale a la playa duran te la noche, excava su nido en la arena, deposita aproximadamente 100 huevos, cubre el nido con arena y regresa al mar. La misma hembra repite esto aproximadamente cada 10 días, probablemente de tres a ocho veces en la temporada. Al finalizar el período de incubación, aproximadamente 60 días después, las tortuguitas salen de los huevos y emergen a través de la arena a la superficie. El sexo que tendrán las tortugas marinas está determinado por la temperatura existente en el nido durante el período de incubación. Temperaturas altas resultan en hembras y temperaturas bajas resultan en machos.
Cuando las tortuguitas regresan al mar nadan continuamente por alrededor de 24 a 48 horas. Este comportamiento las conduce a aguas más profundas donde son menos vulnerables a depredadores. Aunque no se sabe con certeza a dónde van las tortuguitas durante su primer año de vida, se cree que viajan con la corriente, flotando en masas de vegetación donde pueden camuflarse y obtener alimento. Se desconocen los requisitos de habitáculo de los juveniles del tinglar. Las hembras que anidan prefieren playas de alta energía (de gran oleaje), de acceso profundo y sin obstáculos.

Distribución
El tinglar se encuentra a través de los Océanos Atlántico, Pacífico e Índico, desde Labrador (Canadá) y Alaska hasta Cabo de Buena Esperanza en África del Sur. El tinglar permanece toda su vida en el océano. Durante la temporada de reproducción migra a los trópicos para anidar. En Puerto Rico anida en las playas de Mayagüez, Añasco, Rincón, Isabela, Arecibo, Cabo Rojo, Guánica, Piñones, Luquillo, Fajardo, Humacao, Mona y Culebra. También anida en las Islas Vírgenes.

Amenazas
Las áreas de anidaje han disminuido en número debido al desarrollo de las playas y áreas costeras. Esta pérdida de habitáculo se debe principalmente a la construcción de proyectos residenciales, turísticos e industriales y a la expansión de zonas urbanas en áreas costeras. Sin embargo, los reflejos de las luces en áreas desarrolladas (como el alumbrado directo de playas) producen desorientación tanto de tortugas adultas como de neonatos. Muchos neonatos cuando salen del nido, en vez de regresar al mar, se desorientan por las luces y van en dirección contraria al mar, donde son comidos por depredadores, matados por automóviles o mueren por exposición al sol. A esto se suman las adversidades que pueden enfrentar las tortuguitas recién nacidas en su carrera al mar. Las mismas pueden ser dañadas por animales domésticos (como perros) o depredadas por aves marinas o cangrejos.
El vandalismo de nidos, robo de huevos y matanza de las hembras cuando salen a anidar son graves problemas que afectan la especie. Los tinglares son especialmente susceptibles a la ingestión de plásticos en el mar, cuando confunden los mismos con agua vivas.

martes, 26 de noviembre de 2013

ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA

Podría haber casi 500 barcos hundidos en costas del país

¡Saqueo! Es la primera palabra que podría llegar a la mente de la persona que escucha o lee acerca de “tesoros hundidos”. Quizás imágenes de pepitas de oro, piedras preciosas y joyas rondan los pensamientos de quienes intentan lanzarse al fondo del mar, a ver si tienen suerte en la búsqueda de lo que sólo hasta ese momento es una leyenda.
Y no es para menos. Historias de piratas en el Caribe y los galeones cargados de oro junto a otros metales y objetos antiguos que navegaban por las aguas de este continente no son fábulas, aunque la idea de encontrar oro es un poco relativa, ya que el valor de los objetos allí no se estima tomando por lo material, sino más bien por su relación con la historia.



Luego de la colonización de América, el Caribe se ha convertido en una especie de “cementerio subacuático” que evidencia la presencia europea en la región.
Por esa razón, hay personas e instituciones que se dedican, de manera exclusiva, a la búsqueda de esos objetos que podrían aparecer en el océano, algunos de manera ilícita, y otros como un medio de producción, llegándose a conformar empresas internacionales especializadas en la investigación y exploración de galeones hundidos.
Roberto Llerena, un periodista y buzo salvadoreño con 30 años radicado en el país, señala que “no hay en todo el Caribe un país con tantos naufragios de la época colonial como República Dominicana, incluyendo a Haití. Podrían haber más de 500 en toda la isla”.
Llerena, quien fue uno de los buzos que participó en el rescate del barco Conde de Tolosa, explica que la ciudad Santo Domingo era un puerto importante para 1500, y también la sucursal de la Casa de Contrataciones de Sevilla, que se dedicaba a regular el comercio y la navegación de los españoles con América.
Asimismo, el director de arqueología de la empresa exploradora de naufragios Deep Blue Marine, Alejandro Selmi, dice que existen naufragios en la isla desde 1492 hasta la fecha, por el gran movimiento de naves a lo largo de la historia.
“No podemos hablar de un lugar específicamente con más o menos naufragios. Toda la costa de República Dominicana tiene un gran potencial arqueológico bajo sus aguas”, agrega el arqueólogo subacuático.

Empresas 

En el país existen actualmente cinco empresas e instituciones, legalizadas por el gobierno, que tienen concesiones en diversas áreas.
Estas son: Tesoros del Caribe (Caribe Salvage S.A) de Tracy Bowden; Fundación Punta Cana, de Paul Beswick; Anchor Research & Savalge, S.R.L., de Bobby Prichert; Deep Blue Marine, de Wilf Blun, y la Universidad de Indiana, a cargo de Charles Beeker, todas ubicadas en algunas costas de la parte Norte, Sur y Este.
Según Llerena, estas entidades de rescate arqueológico se apoyan fundamentalmente en lo que se conoce como el Archivo de Indias de la corona española, el cual funciona como el único sitio de documentación de todas las colonias españolas.
Este edificio, ubicado en la ciudad de Sevilla, en España, posee unos 43 mil legajos con cerca de 80 millones de páginas y 8 mil mapas y dibujos que proceden de los viajes realizados por los mercantes y tropas españoles.
Llerena dice que allí se pueden encontrar las características del barco, el nombre del capitán y el de la tripulación a bordo, junto con los pasajeros que zarparon en ese viaje. Gracias a esto se puede tener una referencia más directa en la búsqueda y rescate de galeones.
No obstante, Francis Soto, director técnico de la Oficina Nacional de Patrimonio Cultural Subacuático (ONPCS), indica que por más sofisticados que sean los equipos y por más historiadores que aporten a la investigación, la mayoría de los restos son encontrados por los lugareños.
“Siempre los naufragios son encontrados por los pescadores del área, por más sofisticados que sean los equipos. Los huracanes hacen que el mar cambie todo. Por eso algunas veces salen piezas a la superficie y eso les da una referencia”, explica Soto.
El experto cuenta que “cuando apareció el galeón Guadalupe, en 1976, los lugareños de Miches, municipio de El Seibo, estaban vendiendo botellas en el pueblo y decían que estaban sacando “piezas de oro”. Fue cuando la Marina de Guerra intervino, dando inicio al posterior descubrimiento de esta nave construida en 1702, en España.

Expedición 

La búsqueda podría durar algunos 15 días, pero se podría extender por años.
En el primer día se instala la embarcación de rescate en la zona y se bajan los equipos al fondo del mar. Se comienzan las labores de limpieza y se distribuye el trabajo de los buzos.
En cuanto al equipo de trabajo, Selmi explica que en un proyecto de rescate arqueológico submarino se requiere de un personal entrenado para esa labor, conformado por un jefe de operaciones para los equipos y personal, así como un arqueólogo submarino jefe del proyecto y la excavación.
Además, dice que es necesario un grupo de buzos entrenados y calificados. En la actualidad se están utilizando buzos dominicanos.
Un personal que está en la superficie se encarga del mantenimiento de las embarcaciones y de los equipos de buceo que son necesarios para un buen desarrollo de las actividades.
Llerena agrega que también los acompaña un miembro de la Marina de Guerra y un miembro del museo, el cual lleva un récord de todo el material que se saca del agua cada día.
Con relación a los costos, Llerena y Selmi coinciden en que son muy altos. “Si contamos que se necesita de personal calificado y equipos sofisticados de búsqueda y localización de los pecios (bienes culturales), una compañía puede gastar alrededor de 50 mil a 60 mil dólares mensuales entre salarios, mantenimiento de los equipos y embarcaciones, combustible y alimentación”, señala Selmi.

LISTA DE NAUGRAFIOS RECUPERADOS EN RD 

1. Nuestra Señora de Guadalupe. 1976.
2. Scipion. 1977.
3. Conde de Tolosa. 1977.
4. Nuestra Señora de la Puera y Limpia Concepción. 1978.
5. Nagua.
6. Diómedes. 1982.
7. Imperial. 1982.
8. Flota de Ovando. 1983.
9. Barco de las Pipas. 1986.
10. Laviatte. 1986.
11. Fianse 1985.
12. Casimir (Barco de los Cristales).
13. Barco de los Ladrillos. 1987.
14. Dragón (Barco de los Cañones).
15. Barco de las bolas de mosquete.
16. Los tres cañones.
17. Naufragios de Cristóbal Colón y Juan Aguado.
18. Quedah Merchant (Capitan Kidd). 2007.
19. Naufragio de Santo Domingo.
20. Barco de Marfil.
21. Naufragio de Jacques- Yves Costeau.
22. San Miguel. 2011.

RD elige con qué se queda 

El director de la Oficina Nacional de Patrimonio Cultural Subacuático (ONPCS), Wilfredo Féliz, dice que las empresas que funcionan legalmente en el rescate de bienes culturales deben dar al Estado 50 por ciento de los artefactos hallados, pero que de todas maneras el gobierno es el que elige primero y no tiene la obligación de dar la mitad de los bienes.
“Nosotros tenemos la opción de pagarle en efectivo, el mejor de los casos sería que tuviéramos el dinero y les pagáramos, pero por las difi cultades fi nancieras del Estado, se les paga a ellos con bienes encontrados en la expedición”, afi rma Féliz.
El funcionario señala que el Estado se ha quedado con colecciones completas, como en el caso del Concepción, de donde se extrajo la cerámica de la Dinastia Ming, la cual se exhibe en la fortaleza Santo Domingo de la Zona Colonial.
Pero en el caso de que hayan pecios únicos (bienes culturales), Féliz indica que hay dos opciones: se compra el bien o se retribuye a la compañía rescatista su valor económico. También podrían optar por darle una cantidad de monedas que retribuya el valor.
Por otra parte, Féliz reconoce que todavía se presentan casos de saqueo y no descarta que se produzca algún tipo de corrupción por parte de las personas encargadas de notifi car a la Ofi cina las piezas que son encontradas. Pero insiste en que la ONPCS procura que los marinos que están en la expedición sean de calidad, con vocación y recomendados por sus superiores.
Sostiene que el plan de la ONPCS es lograr que el Estado se quede con todas las responsabilidades de la búsqueda de bienes culturales y no que le dé concesiones a otras empresas.
Para la situación, explicó que tiene que preparar un personal de buzos y arqueólogos, además de conseguir equipos.

Conservación 

Los barcos hundidos generalmente no se encuentran en altas profundidades. Según expresa el fotógrafo submarinista y arquitecto, Pedro Borrell, los galeones se han encontrado a profundidades de 30 a 60 pies.
De su lado, Selmi estima que para la mayoría de las personas todavía existe la imagen de un galeón sumergido con los mástiles rotos y lleno de tesoros.
“Eso es ficción. La realidad es que los pecios, después de 300 ó 500 años son cubiertos por capas de coral y arena fangosa que los desaparecen y los mimetizan con el fondo marino, de manera que es difícil poderlos diferenciar y se necesitan equipos especiales para localizarlos”, indica.
El arqueólogo apunta que una vez se localizan los artefactos los buzos se dedican a excavar y extraer los bienes culturales que se encuentran saturados de sal y calcio, y que esto podría representar un peligro si se hace sin un procedimiento de conservación adecuado. Dijo que en el caso del hierro, los cañones y anclas pueden durar años en conservarse.
La encargada del Laboratorio Conservación de la ONPCS, Isabel Brito Germán, dice que la conservación de la madera es lo más difícil.
Con relación al valor monetario de los artefactos, la experta explica que una moneda de plata podría valer 60 dólares y una de oro hasta más de 200, pero todo dependerá de su relación con la historia. Generalmente son vendidas a museos y coleccionistas privados.
También hay piezas que tienen un valor especial. Roberto Llerena cita como ejemplo un medallón de oro encontrado en el Tolosa llamado “La Orden de Santiago”, que tiene, según él, algunas 30 piedras de diamantes y rubí valorado en millón y medio de dólares. “Este medallón quedó en posesión del Estado”, asegura.

Museo 

A pesar de que en el país se han encontrado miles de objetos de la época colonial, incluidas colecciones completas de cerámica y vajillas de vidrio, la gran mayoría reposan en el depósito de la ONPCS y otras están en calidad de préstamo en otros museos.
Esto se debe a que el lugar ofi cial destinado para esos fines, el Museo Naval de las Atarazanas Reales, ubicado en la Zona Colonial, lleva casi ocho años cerrado desde su clausura en el 2004 por remodelación, de acuerdo a la directora general de museos del Ministerio de Cultura, Ana María Conde.
“Se cerró porque había mucha humedad y fi ltración en el inmueble, que llegó a afectar la colección, aunque no se dañó, sino que había que limpiarla y estabilizarla, porque gracias a Dios, la mayoría de los materiales de esas colecciones era fácil de limpiar y estabilizar para guardar en un depósito”, explica la funcionaria.

sábado, 23 de noviembre de 2013

PARQUE NACIONAL SUBMARINO LA CALETA

El Parque Nacional Submarino La Caleta es considerado por los expertos como uno de los cinco mejores puntos de buceo en todo el Caribe, cuenta con hermosos arrecifes artificiales y una importante colección de objetos tainos.

La Caleta


En el área de La Caleta se encuentra el primer parque submarino en la República Dominicana, declarado como área protegida mediante el Decreto No. 249 del 25 de septiembre de en 1986, convirtiéndose así en la primera área marina protegida del país. El parque se caracteriza por la diversidad de especies submarinas y especies tropicales, que lo hace un lugar idóneo para actividades de buceo.

Podrá disfrutar de acantilados, fondos arenosos, y praderas de hierba marina, así como de los más prolíferos jardines de coral cuyo relieve pedregoso, fuertes pendientes y escondrijos atesoran un mundo fascinante lleno de exótica belleza y diversidad. Con una topografía irregular con 3 terrazas bien definidas, extendiéndose paralelamente a la línea costera.

Los diferentes niveles del fondo alcanzan profundidades de 10 a 50 m, encontrándose en ellos comunidades de arrecifes en estado de recuperación y una gran cantidad de peces multicolores que utilizan las colonias coralinas como refugio de fuente de alimentos tales como candiles, peces luna, candiles soldados y sargentos mayores. Sumérjase en este peculiar parque submarino que cuenta con una extensión de unos 12 kilómetros cuadrados, y una profundidad máxima de 180 metros.

Hickory
Otro de los importantes atractivos de esta área protegida es el "Hickory" barco de investigación utilizado para rescate arqueológico submarino de los galeones Tolosa y Guadalupe, bajo la dirección del capitán Tracy Bowden, y fue hundido expresamente en 1984 por el Grupo de Investigación Submarina (GIS), con el objetivo de crear un arrecife artificial que promoviera la proliferación de la vida marina. Además, en el fondo, “conviven” con él otros dos barcos a los que también es posible explorar, el "Capitán Alsina" y "El Limón". Dentro del parque se encuentra el Museo Etnológico y Arqueológico, poseedor de una importante colección de objetos taínos.

El parque posee una extensión de terreno cubierta de diversos árboles y grama que acompañan al mar como queriendo atrapar al visitante en la quietud del entorno natural. Sus límites inician en la Cueva de las Golondrinas y se extienden en una línea Norte-Sur hasta los 180 m de profundidad continuando hasta Punta Caucedo.


El parque es coadministrado por Reef Check Republica Dominicana y el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, los cuales trabajan de la mano para la conservación y restauración de los ambientes naturales y la cultura relacionada a esta importante área marina protegida.

Cómo llegar: Situado a 22 Km. al este de Santo Domingo, frente al Aeropuerto Internacional Las Américas en la cercanía del poblado de La Caleta.

viernes, 22 de noviembre de 2013

LAS CUEVAS DE LOS TRES OJOS

Este parque de lagos subterráneos está ubicado en la autopista Las Américas, municipio Santo Domingo Este.
Las cavernas de Los Tres Ojos han sido motivo a algunas historias: Se dice que sirvieron de refugio para los indígenas cuando eran azotados por las tormentas y que eran usadas como escenario para sus ritos religiosos. Lo cierto es que las cuevas se formaron hace miles de años y allí se encuentran petroglifos de la época.

Durante su maravilloso recorrido es posible escuchar el zumbido de las abejas que se anidan en la superficie de una de las grutas del parque, ubicado en Santo Domingo Este, entrando por la autopista Las Américas. Sus atractivos han servido de escenario de varias películas extranjeras. Se estima que el 85% de sus visitantes son turistas, y el resto dominicanos.

Quienes por años han trabajado en el Parque Nacional Los Tres Ojos, señalan que la mayoría de visitantes son turistas. ¿Y por qué no visitarlo si el paseo es económico? ¿Por qué no disfrutar de un espectáculo natural impresionante cerca de la ciudad?

El Parque Nacional Los Tres Ojos se formó hace miles de años y fue descubierto durante la intervención norteamericana (1916-1924).

Su formación se debe a que, como cuenta el guía turístico Cándido Ozuna, aparentemente un terremoto derribó las capas de la superficie de la tierra, dejando al descubierto el único río subterráneo del país: el Brujuelas.

Para fácil entendimiento, las enormes piedras que cayeron formaron la caverna dividiéndola en cuevas que bordean tres lagos, además de un cuarto afluente a cielo abierto. Las “paredes” y superficie de las grutas están formadas de calizas de origen marino que el mar dejó al retirarse de esta zona.

Los lagos por mucho tiempo sirvieron de entretenimiento. Cuentan popularmente que muchos bañistas desaparecían en sus aguas. Ciertamente, antes de que se declarara una zona protegida en el 1972, y por consiguiente se prohibiera el baño, hubo pérdidas humanas por ahogamiento.

El recorrido


Las escaleras del paseo llevan al turista lo suficientemente cerca de los lagos como para tocar sus aguas cristalinas y observar en su superficie una especie de arenilla; es el carbonato de calcio que desprenden las rocas.

El Lago de Azufre es el primero cavernoso del paseo y tiene 15 pies de profundidad. Si la visita es durante la mañana, verá cómo los rayos solares lo adornan, dejando ver un fondo azul claro y algunas “manchas” blancas de carbonato de calcio. Antes se creía que éstas eran de azufre, y por ello su nombre.


El Lago de las Damas es más atractivo durante la tarde, por la luz del sol que le llega. Es la segunda cueva de Los Tres Ojos que debe su nombre a la visita de las mujeres que antes se bañaban allí junto a los niños gracias a su poca profundidad, no mayor de seis pies. Es aquí también donde se escuchan las abejas zumbar de cuatro colmenas empotradas en la parte superior de la gruta.

La tercera y más oscura de las cavernas es el Lago de la Nevera. Aquí nunca han llegado los rayos del sol y es la parte más fresca del paseo, sin que se sienta la sensación de frío. Tiene 18 pies de profundidad.

Al llegar, una pequeña barca, cariñosamente llamada “Titanic”, recorrerá al menos 40 metros hasta llegar al otro extremo de La Nevera para visitar el último de los lagos: Los Zaramagullones. Es el más profundo de todos, con 25 pies y fue descubierto, según datos del guía turístico, en el año 1975. A diferencia de los demás lagos, que están sumergidos en cuevas, Los Zaramagullones es a cielo abierto y mide más de 80 metros de circunferencia.Las plantas que lo rodean lo convierten en la zona más verde de todo el recorrido por el parque.

Tarzán dominicano

Desde que era niño, Bienvenido Cabrera visitaba las lagunas y se quedó con la costumbre de sumergirse y trepar por sus rocas. Hoy, este señor de 61 años protagoniza un espectáculo en La Nevera. No es empleado del parque y por consiguiente espera su propina luego del clavado.

El parque Los Tres Ojos se encuentra ubicado en la avenida Las Américas, Santo Domingo Este. El acceso cuesta RD$100 y está abierto de 8:30 de la mañana a 5:30 de la tarde todos los días. Para el recorrido, que no dura más de 60 minutos, hay 16 guías autorizados.

Según datos estadísticos ofrecidos por el supervisor del parque, Eugenio Robles, solo el 15% de los visitantes son dominicanos. Cada año se registra un promedio de más de 100 mil visitas.

Animales, plantas y escrituras

Muchas de las plantas de Los Tres Ojos fueron sembradas de manera expresa, luego de que el  huracán Georges, en el año 1998, destruyera una parte significativa de la vida silvestre. Las caobas, los flamboyanes, acacias, el copey y una variedad de helechos que incluyen los prehistóricos y más grandes de la isla son partes de la vegetación.


Los murciélagos, variedad de peces de agua dulce, cangrejos, tortugas, las aves zaramagullones (por ello el nombre del último lago), pericos y colibries complementan la fauna. Muchos de los animales fueron introducidos también por la administración, como el caso de un cocodrilo que vivió y murió allí. Sin embargo, los que saltan a la vista solo son los peces.

Algunas rocas en las cavernas tienen escrituras que son atribuidas a los indígenas que pudieron habitar la zona como refugio hace cientos de años, antes del descubrimiento de esta parte del mundo.

jueves, 21 de noviembre de 2013

CUEVA DE LAS MARAVILLAS

Localizada en el paraje Boca de Soco, de la provincial San Pedro de Macorís, la Cueva de las Maravillas contiene una de las mejores muestras del arte rupestre aborigen Taíno de la parte este de la isla de Santo Domingo o Hispaniola.  De igual manera, exhibe una diversidad de concreciones suficientemente amplias como para tener una idea de todo lo que puede originarse dentro de una caverna en materia de formaciones secundarias: estalactitas, coladas, colgaduras, tours, pisolitas, columnas, etc.

La primera documentación sobre esta cueva fue realizada en octubre de 1949 por el profesor Francisco Richiez y un grupo de estudiantes y miembros del entonces Museo Nacional.  En 1968 se realizó un estudio somero sobre sus manifestaciones rupestres a cargo del doctor Fernando Morbán Laucer.


En 1972, se analizaron microscópicamente los componentes químicos de las pinturas.  En 1977, se practicaron excavaciones en su interior dirigidas por el doctor Marcio Veloz Maggiolo. En 1984, una expedición italiana acompañada por espeleólogos dominicanos hizo su primera medición.  

En 1993, el especialista francés Alain Gilbert profundizo en el carácter funerario de las pinturas rupestres de la cueva.  Durante los últimos 10 años, la Cueva de las Maravillas estuvo expuesta al mas grosero vandalismo, por lo que en el año 2000, la Secretaria de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales asume su recuperación y puesta en valor.

La cueva se abre en roca caliza arrecifal perteneciente a la unidad geomorfológico conocida como Llano Costero Sur oriental.  En su formación geológica intervienen predominantemente las formaciones coralinas y los animales que conformaron ese ambiente durante el final del pleistoceno.  Esta parte de la isla se estima que inició su aparición en la superficie hace aproximadamente cien mil años. La Cueva de las Maravillas es parte de una enorme cadena de cuevas abiertas en todo el Llano Costero como resultado de la actividad hídrica subterránea: aguas que bajan subterráneamente hacia el mar desde la Cordillera Oriental y las aguas que absorbe el llano debido a la característica porosa de su geología cársica.

Su desarrollo interior horizontal lineal es de unos 800 metros, de los cuales el equipo de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales utilizó 240 metros para su habilitación turística educacional.  Siendo la primera caverna en la que se utilizan los últimos conocimientos de manejo turístico de cuevas; La Cueva de las Maravillas cuenta con un elevador para permitir el acceso de personas con discapacidad físico-motora, problemas de sobrepeso, personas de edad avanzada y niños.  Esto la convierte también en la primera área protegida del país con habilitación especial para discapacitados.  La mayor parte del espacio de la cueva escogido para su habitación había sido severamente alterado por la extracción comercial de murcielaguina (guano de murciélagos) durante los años 50 y 60, perdiéndose con esa alteración, valiosa información arqueológica y biológica.

La cueva posee en su interior 472 pictografías (pinturas sobre las paredes) y 19 petroglifos (grabados sobre la roca), predominando el color negro en las pinturas, pero destacándose representaciones hechas en altorrelieve con arcilla roja.  En el material utilizado para las pinturas se destaca la presencia de caolinita y haloisita, determinando su color negro la goethita.

Entre las figuras representadas en la cueva, además de las humanas, encontramos lechuzas, murciélagos, iguanas y culebras, siendo las más comunes aquellas asociadas a ritos funerarios, como son la lechuza y el murciélago.

Durante los trabajos realizados por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales se hicieron excavaciones que arrojaron información sobre culturas aborígenes que utilizaron la cueva durante diferentes períodos.  La cultura más reciente fue la Taína, a las que corresponden las pictografías de su interior y cuya edad se estima entre 800 y 500 años.  Sin embargo, restos arqueológicos y osamentas humanas encontradas durante estos trabajos comparan estos restos con los encontrados y fechados en otros lugares de la isla y del Caribe con edades entre 4 mil y 5 mil años.  Aún no han sido fechados los materiales encontrados en la Cueva de las Maravillas, pues los trabajos continúan.

Como en todas las cuevas del Trópico, la fauna predominante en esta cueva es la de murciélagos, de la que tres especies habitan en espacios que no han sido tocados durante su habilitación.  Otras muchas especies de animales como son los torglobios (específicos de cavernas) han sido encontradas aquí y actualmente bajo estudio.

Otros animales más comunes en las cuevas tienen presencia en Maravillas: culebras (tres especies), diplópodos, centípedos, sapos, amblipígidos (arácnidos mutantes), arañas (varias especies), afisbéidos (lagartija sin patas) y otros no menos importantes.

VIDEO

miércoles, 20 de noviembre de 2013

CUEVAS DEL POMIER O BORBÓN

A poco más de veinte kilómetros de la ciudad de Santo Domingo, cerca de la ciudad de San Cristóbal, se encuentran los pequeños pueblos de Borbón y Pomier. Estos poblados sin duda habrían pasado desapercibidos para el turismo si no fuera porque en sus alrededores se encuentra uno de los conjuntos de cavernas con Arte Rupestre más importantes del Caribe: las Cuevas de Borbón. 
Más de cuarenta cavernas repletas de pinturas y petroglifos realizados por los taínos han sido ya documentadas en este conjunto arqueológico.

El turismo cultural centrado en el Arte Rupestre de la República Dominicana tiene su más antiguo precedente en estas misteriosas cuevas. Aún conservan sus paredes los graffiti, realizados a mediados del siglo pasado por los visitantes que se sorprendían con la belleza de las ancestrales representaciones rupestres que plasmaron los indígenas, bien grabándolas con cinceles de piedra o pintándolas con olvidadas formulas de pigmentos sagrados. 

Fue un intrépido explorador de la geografía dominicana, Schomburgk, a la sazón cónsul alemán en el país, quien en 1,851 las reporta por primera vez oficialmente. Posteriormente, las cavernas fueron visitadas por nuestros más reconocidos investigadores, desde Narciso Alberti Bosch hasta Dato Pagán Perdomo, quien publicó en 1,978 la única monografía de estas cuevas con la que contamos hasta el momento. 

La importancia arqueológica e histórica de estas cavernas es tanta que el Gobierno dominicano estableció en la ley 233-96 de 30 de julio de 1,996 la ampliación del área donde se encuentra la Reserva Antropológica de las Cuevas de Borbón hasta los límites que actualmente tiene: 2.5 Km². 

Acceder a las Cuevas de Borbón es sencillo. Se puede llegar con un vehículo casi hasta la entrada de la más rica de las cavernas en cuanto a pictografías se refiere. Para poder entrar en las cuevas se debe solicitar un permiso a la Subsecretaría de Areas Protegidas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Una vez conseguida la autorización, portando linternas y siempre acompañados de un guardaparques, se puede disfrutar de una autentica aventura subterránea. 

Además de la belleza del entorno natural donde las cavernas se localizan y del Arte Rupestre que contienen, los visitantes que permanezcan en las proximidades de la cueva principal al atardecer, pueden disfrutar de uno de los acontecimientos mas sorprenderles que puede brindarles la naturaleza de Santo Domingo. Estas cavernas están habitadas por la mayor colonia de murciélagos que se conoce en el país. Al caer la tarde, centenares de miles de estos mamíferos voladores abandonan su morada pétrea para buscar, al amparo de la noche, su alimento. Como un tornado viviente la inmensa columna de murciélagos sale por la boca de la cueva y se eleva en el cielo, donde se dispersa en todas las direcciones. Es este un espectáculo que difícilmente olvidara quien tenga la suerte de presenciarlo. 

Los murciélagos de las cuevas son una de las especies más importantes para el mantenimiento de nuestros ecosistemas forestales. Algunas especies son “frugívoras”, o sea, comedoras de frutos, y sus semillas son expulsadas entre las deyecciones de estos animales mientras revolotean sobre los montes. Los murciélagos son quienes reforestan nuestro país de la forma más intensa, además de abonarlo con sus desechos orgánicos. La importancia de respetar las cuevas no acaba en la mera conservación de sus formaciones calizas o de los restos arqueológicos que contienen; el interés de la conservación de las colonias de murciélagos que las habitan es básico para mantener la biodiversidad de la República Dominicana. 

Al penetrar en la caverna veremos los petroglifos que siempre podemos encontrar a la vista de la luz solar. En este tipo de yacimientos de Arte Rupestre, encuadrados dentro de la escuela pictórica, que en honor al yacimiento llamamos de las Cuevas de Borbón, muchas de las pinturas también podemos verlas con la luz que penetra por la entrada de la caverna. Aves a centenares, animales, figuras humanas y misteriosos trazos geométricos se descubren ante nuestra vista cargados del simbolismo mágico que les caracteriza, pero lo que resulta más impactante para todos los que se aventuren en las entrañas del yacimiento arqueológico son las escenas de ceremonias aborígenes congelados en las paredes por el paso de los siglos. 
El ritual de la cohoba fue el momento más importante de las ceremonias religiosas que realizaban los taínos. Los behiques (shamanes), junto con los integrantes de los clanes que formaban los poblados, se volcaban en un acto que aún podemos observar en los pocos pueblos indígenas que aun perviven en la cuenca Orinoco-Amazónica. Mediante tubos previamente preparados con madera, barro o huesos de aves, inhalaban un potente alucinógeno que les sumía en trance, el cual les permitía ponerse en contacto con sus deidades. De esta forma podían conocer secretos mágicos, reconocer a sus animales tótem y realizar consultas trascendentales para la supervivencia de su cultura. En las paredes de las Cuevas de Borbón podemos ver dibujado por sus mismos artífices, el más interesante ejemplo de esta costumbre indígena. Grupos de hombres se apoyan unos a otros en la tarea de inhalar la cohoba, como llamaban al alucinógeno ritual. Si hubiera que elegir una escena para caracterizar a la cultura aborigen antillana sin duda sería la que se encuentra en las Cuevas de Borbón, representando a un grupo de hombres en pleno ritual de la cohoba. 

Siguiendo nuestra visita veremos curiosas escenas de shamanes danzando, animales realizando la copula, peces aún nadando en las paredes de piedra después de siglos de permanecer en ellas, y un sin fin de pinturas cuya temática en ocasiones escapa a nuestra moderna visión del mundo y del espacio. 

Fue también probablemente, en alguna de las cuevas de Pomier, donde en el pasado siglo se encontró una de las piezas arqueológicas más interesantes que se conservan de la cultura taína, el famoso cemí fabricado en algodón que en la actualidad se conserva en el Museo Etnológico de Turín, en Italia. Es este el único ídolo taíno tejido que aún pervive y tiene la curiosa característica de contener parte de un cráneo humano dentro de su cabeza tejida. 

Las Cuevas de Borbón estuvieron hasta hace poco tiempo amenazadas por las extracciones de caliza que se realizan en su entorno. Las explosiones de dinamita en ocasiones afectaban a sus paredes y a las pinturas que contienen, en ocasiones hasta las mismas cavernas eran despedazadas para triturar sus rocas. Afortunadamente en la actualidad esta situación esta siendo controlada. También sufrieron las pinturas de las cuevas el ataque de aficionados que con mejor voluntad que acierto realizaron una “limpieza” de las pictografías de las cuevas, dañando irremisiblemente muchas pictografías y borrando para siempre otras muchas que en su ignorancia consideraron sin interés. 

viernes, 15 de noviembre de 2013

BREVE CRONOLOGÍA DEL TEATRO DOMINICANO




Desde los inicios de nuestra historia aparecen manifestaciones artísticas escenificadas, como fueron los areítos, mitotes y taquis, de nuestros aborígenes. Pero la primera representación teatral en nuestro país, desde la perspectiva griega, tiene lugar en la Catedral de Santo Domingo el 23 de junio de 1588 en ocasión de las festividades de Corpus Christi, cuando los estudiantes del Colegio Universidad de Gorjón llevan a escena el Entremés de Cristóbal de Llerena De Rueda. El Entremés se sitúa en la defensa de los aborígenes al censurar la violencia de las autoridades de la Colonia, que provocó la ira de los oidores y la expulsión de la isla del propio Llerena. El Entremés recoge “el latido débil del arte moribundo de nuestros primeros pobladores”.

Durante los siglos XVII y  XVIII la actividad teatral en la Colonia no fue significativa. Surge un teatro religioso apegado a lo litúrgico y un teatro profano, basado en costumbres, con cantos, bailes y mascaradas de poco contenido dramático.

En la primera mitad del siglo XIX aparece el llamado teatro de Los Trinitarios, eminentemente político. Las obras de Alfieri y Martínez De la Rosa. “Roma Libre” y “La Viuda de Padilla”, son las escogidas por los Trinitarios, junto a la de Eugenio de Ochoa: “Un día del año 1823 en Cádiz”. Estas obras describen escenas similares al drama que vivía el pueblo dominicano bajo la dominación haitiana.

Proclamada la Independencia, aparecen los primeros textos para teatro: “El General Duvergé o Las víctimas del 11 de abril”, de Félix María Del Monte. Está  considerada como la primera obra dominicana. Más adelante, Javier Angulo Guridi escribe: “Cachorros y Manigüeros”, juguete cómico alusivo a la guerra de la Restauración. De nuevo el motivo político está presente.  

Francisco Gregorio Billini presenta en 1882 su drama romántico “Flor del Ozama”. Rafael Alfredo Deligne en 1894 escenifica su obra en versos, “La Justicia y el Azar”. Se inicia con esta obra la crítica teatral en el país, asumida por Rafael Abreu Licairac. Con la obra de Tulio Manuel Cestero, “La Enemiga”, el teatro dominicano inicia el camino al modernismo.

Para principios del siglo XX las obras presentan rasgos de denuncia social. “Lesbia”, de Vetillo Arredondo, se inscribe en esta tendencia. Pedro Henríquez Ureña muestra dominio de la técnica teatral con “El nacimiento de Dionisios”. El costumbrismo y el indigenismo aparecen paralelamente en el teatro dominicano. La obra costumbrista más representativa es “Alma Criolla”, de Rafael Damirón, y “La Criolla”, de Mélida Delgado Pantaleón, cercana al folclore.

En 19l5 aparece el grupo teatral de José Narciso Solá, que escenifica obras del propio creador. En los primeros años de la Era de Trujillo la actividad teatral se ve disminuida. Aparece el grupo de teatro del Instituto de Señoritas Salomé Ureña. En 1944 Delia Weber publica su obra, “Los Viajeros”.

 GRUPOS Y ESCUELAS

En 1946 se crea el Teatro Escuela de Arte Nacional, compañía y escuela oficial, dirigida por Emilio Aparicio, español republicano exiliado en el país. La primera obra presentada por este grupo fue “Prohibido suicidarse en Primavera”, de Alejandro Casona, el 9 de octubre de 1946 en el Teatro Olimpia. La creación de este Teatro Escuela ha sido determinante para el teatro dominicano, saliendo de él la mayoría de las grandes figuras de nuestro teatro, muchas de las cuales mantienen vigencia hasta el día de hoy. Otro director de este grupo oficial y el de mayor permanencia lo fue Luis González Chamorro.

En 1952 se funda el Cuadro Experimental de Comedias María Martínez, bajo la dirección de Rafael Montás. De su seno surge el Club de Actores, dirigido por Santiago Lamela Geler. El aporte de estos grupos ha sido decisivo para el desarrollo de nuestro teatro. A este período pertenecen nuestros principales dramaturgos: Manuel Rueda, Franklin Domínguez, Máximo Avilés Blonda y Héctor Incháustegui, y sus respectivas obras, “La Trinitaria Blanca”, “Espigas Maduras”, “Las Manos Vacías y la trilogía, “Prometeo, Filoctetes e Hipólito”, son clásicos del teatro dominicano.

Para este tiempo surgen los principales actores y actrices que han dominado la escena dominicana por muchos años, algunos aún vigentes: Antonia Blanco Montes, Carmen Rull, Jesús Lizán, Julio Aníbal Sánchez, Freddy Nanita, Niní Germán, Rafael Vásquez, Armando Hoepelman, Ina Moreau, Monina Solá, Lucía Castillo, Zulema Atala, Salvador Pérez Martínez, Oscar Iglesias, José Antonio Estévez, Lamela Geler, Iván García, Rubén Echavarría, Danilo Taveras, Mario Heredia, Rafael Villalona, José Casanova, Rafael Gil, Miguel Alfonseca, Servio Uribe, Josefina Gallart, Ana Hilda García, Nubia Ulloa, Esperanza Álvarez, Flor de Bethania Abreu, Camilo Carrau, Aurea Juliao, Pepito Guerra, Margarita Baquero, Víctor Vidal, María Cristina Camilo y Maricusa Ornes.

Más adelante aparecen nuevos dramaturgos, directores, actores y actrices que dimensionan la escena: Marcio Veloz Maggiolo, Giovanni Cruz, Reynaldo Disla, Carlos Esteban Deive, Manuel Chapuseaux, Efraín Castillo, Añez Bergés, Arturo Rodríguez Fernández, Radhamés Polanco y Chiqui Vicioso. Directores y artistas como María Castillo, Bienvenido Miranda, Ángel Haché, Federico Pellerano, Félix Germán, Arturo López, Germana Quintana, Ángela Herrera, Lillyanna Díaz, Carlota Carretero, Lidia Ariza, Karina Noble, Elvira Taveras, Amarilis Rodríguez, Nives Santana, Niurka Mota, Basilio Nova, Juan María Almonte, Víctor Pinales, Osvaldo Añez, Yamilé Scheker, Edilí, Enrique Chao, César Olmos, Víctor Checo, Olga Bucarelly, Aidita Selman, Leonardo Grassals y Carlos Espinal.

Nuevos talentos aparecen en nuestra escena: Karina Guerra, María Bosch, Wady Jáquez, Laurine Ferrand, Henry Mercedes, Laura Guzmán, Indhira Mejía y Orestes Amador.

En reconocimiento a los artistas que han hecho del teatro una realidad en nuestro país, inauguramos en el año 2001, la Galería del Teatro Dominicano, en el Teatro Nacional.