Puestos a hablar de playas tropicales y caribeñas, República Dominicana seguro que vendrá a tu mente como uno de esos destinos donde encontrar innumerables playas paradisíacas. Una de las mejores es playa Rincón, situada al norte, en la desconocida región de Samaná. Esta playa, que en realidad son varias seguidas, está considerada la 7ª mejor playa del mundo por uno de tantos rankings a los que hay que mejor no hacerles caso, pero seguro que al visitarla nos sentiremos en el propio paraíso.
Dicha sensación no será precisamente por el camino que hay que recorrer para llegar a la playa, ya que los pocos kilómetros (12) que la separan del pueblo de Las Galeras es en su mayoría un camino de tierra solo apto para todoterrenos o camiones adaptados. Muy divertido para ir pegando saltos en la parte de atrás de un camión, pero nada recomendable para recorrer en coche o moto de alquiler. Eso sí, actualmente están arreglando el camino, y en unos meses posiblemente esté aplanado o asfaltado, por lo que será más fácil llegar a este pequeño paraíso terrenal.
Otra de las formas de llegar hasta Playa Rincón es en barca desde Las Galeras, el método más rápido, pero según me comentaron, también de los más peligrosos, pues en la zona hay fuertes corrientes y ya hubo algunos accidentes. Están prohibidos los tours legales, pero multitud de pescadores locales se ofrecen para llevarnos en su propia barca hasta la deseada playa.
Una vez llegado a playa Rincón, nos encontraremos con 3 kilómetros de arenas finas y blancas, aguas impolutas y un entorno donde hay palmeras para todos los gustos. Ningún hotel cerca. Ningún edificio, más allá de un restaurante escondido entre los árboles. Un lugar al que fácilmente podemos llamar paraíso, sobre todo al meternos en sus aguas, siempre cálidas, pero no siempre mansas.
La playa principal forma una especie de golfo que la protege del oleaje, y por ello es la más frecuentada por las excursiones de turistas. Aquí podemos alquilar una tumbona, dar un largo paseo o practicar el deporte preferido por los que visitamos el Caribe: flotar en el mar mientras tomamos un “ronsito”. Uno de los entretenimientos más banales que existen y también de los más placenteros. En estas aguas cristalinas se puede hacer de todo.
Si buscas un poco más de acción, entonces tienes que dirigirte hacia el este, a la playa que está completamente abierta al océano. Aquí el oleaje es intenso, ideal para practicar deportes como el bodyboard. Esta parte es mucho menos visitada, y fácilmente podremos encontrarnos solos recorriendo sus arenas bajo el intenso sol.
Como se ve en las fotos, aunque el cielo esté nublado y amenace tormenta, siempre hace calor de sobra para darse uno o dos baños, sobre todo teniendo en cuenta que las aguas de la costa atlántica dominicana son más cálidas que las del mar Caribe, por extraño que parezca. Cosas de las corrientes marinas.
Playa Rincón es uno de tantos tesoros de Samaná, y bien que lo saben sus habitantes. Así, nos encontraremos con vendedores ambulantes de todo tipo, siempre debidamente identificados. Nos ofrecerán sombreros de palmera, pan de coco (altamente recomendable, ¡está muy rico!), bisutería con conchas, langosta a la parrilla, etc… No en vano esta es una de las escursiones preferidas por los turistas, aunque son tan pocos que es imposible que lleguen a ocupar la extensa playa.
Otra de las sorpresas que tiene Playa Rincón es Caño Frío, una laguna natural formada por la desembocadura del río, repleto de manglares y con agua bien fresquita. Ideal para refrescarnos después de un intenso día a remojo haciendo lo que mejor saben hacer en el Caribe, estar tranquilo.
Vive esta experiencia:
Playa Rincón. 3 kilómetros de arena blanca y aguas cristalinas. Sin servicio de vigilancia. Hay restaurante a pie de playa. Acceso rodado difícil, se puede llegar en excursión organizada, barca o a caballo.
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