La fruta de la pasión, conocida como maracuyá es una planta trepadora que se da principalmente en regiones tropicales y subtropicales de centro y sur América, como argentina, Bolivia, Venezuela, Brasil, Colombia, Nicaragua, entre otros. En República Dominicana que también se cuenta entre los productores de esta fruta se le conoce como chinola.
La flor de esta planta es considerada la flor nacional en Paraguay. Entre sus usos, está la fruta para hacer jugos y postres, su flor, usada en menor medida como ornamental y su infusión o té con fines medicinales.
Hay dos variedades disponibles para su cultivo y comercio. La primera es la amarilla, se considera más rústica y puede subsistir en climas tropicales, con protección de viento. Es más fuerte ante los parásitos y microorganismos. La púrpura es la otra variedad de maracuyá, esta se adapta bien a climas templados, por lo que se puede cultivar en países más altos, donde los climas pueden ser un poco más fríos. No es tan resistente como la amarilla a los microorganismos y la preferencia de cultivo de una u otra es básicamente por preferencia, ya que hay métodos de injerto para cultivas la púrpura en aquellas condiciones no tan ideales para que esta prolifere.
Se le ha dado una temática teológica a la flor de la maracuyá, y de ahí su nombre de flor de la pasión. Sus distintas partes, representan los apóstoles, los estigmas y los clavos de la cruz.La maracuyá tiene muchos usos, y su crecimiento silvestre en muchos países facilita su comercialización. La fruta se consume cruda, puede hacerse mermeladas, dulces en almíbar, jugos e infusiones con efectos medicinales.Estas infusiones ayudan a conciliar el sueño, como relajante muscular, para los dolores menstruales, para los dolores de cabeza, entre otros. La maracuyá es una fruta maravillosa, llena de dotes para el consumo humano y de fácil acceso a nivel mundial.