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jueves, 31 de octubre de 2013

LA VIRGEN DE LA ALTAGRACIA

La República Dominicana tiene dos advocaciones marianas fuertes: Nuestra Señora de la Merced, proclamada en 1616, durante la época de la colonia, Patrona, y la Virgen de la Altagracia, Protectora del Pueblo y Reina del corazón de los dominicanos. Sus hijos la llaman cariñosamente “Tatica, la de Higüey”.
Su Basílica se encuentra en Salvaleón de Higüey o, simplemente, Higüey, ciudad de la República Dominicana, capital de la provincia de La Altagracia.
Existen documentos históricos que prueban que ya en el año de 1502, en la Isla de Santo Domingo, se daba culto a la Virgen Santísima bajo la advocación de Nuestra Señora de la Altagracia.
La fecha del 21 de enero se origina en la batalla de la Sabana Real de la Limonade ganada por los dominicanos en contra de las tropas francesas en el año de 1691. El obispo Meriño consiguió que esta fiesta fuera una fiesta en todo el territorio nacional. De modo que hoy lo es no sólo en el ámbito religioso sino que es día festivo a nivel civil, en toda la República Dominicana.

LA IMAGEN
El cuadro de Ntra. Sra. de la Altagracia tiene 33 centímetros de ancho por 45 de alto. Fue pintado probablemente en Sevilla en los primeros quince años del siglo XVI (es decir entre 1500 y 1515), y es posiblemente de la escuela de Alejo Fernández.
El lienzo, que muestra una escena de la Natividad, ha tenido cinco restauraciones de importancia, la última en 1978, pudiéndose apreciar ahora toda su belleza y su colorido original, pues el tiempo, con sus inclemencias, el humo de las velas y el roce de las manos de los devotos, habían alterado notablemente la superficie del cuadro hasta hacerlo casi irreconocible.
Sobre una delgada tela aparece pintada la escena del nacimiento de Jesús; la Virgen, hermosa y serena ocupa el centro del cuadro y su mirada llena de dulzura se dirige al niño casi desnudo que descansa sobre las pajas del pesebre. La cubre un manto azul salpicado de estrellas y un blanco escapulario cierra por delante sus vestidos.
María de la Altagracia lleva los colores de la bandera Dominicana anticipando así la identidad nacional. Su cabeza, enmarcada por un resplandor y por doce estrellas, sostiene una corona dorada colocada delicadamente, añadida a la pintura original. Un poco retirado hacia atrás, San José observa humildemente, mirando por encima del hombro derecho de su esposa; y al otro lado la estrella de Belén brilla tímida y discretamente.
Es una expresión plástica del dogma de la “Maternidad Divina”. María es la Madre de Dios. De allí el título de “Altagracia”, porque la gracia más alta jamás otorgada a un ser humano es la de ser la Madre de Dios.
A la vez es una explicación del dogma de la “Virginidad Perpetua”. María es virgen antes, durante y después de dar a luz a Jesús. Así que, el cuadro nos hace testigos oculares del momento del nacimiento. Lo que parece un delantal es el “rayo de luz más blanco que la nieve”. El Mesías traspasa, sin dañar de manera alguna a la Altagracia quien, recogida y arrodillada, está contemplando tiernamente al Hijo de Dios.
Con un gesto de la cabeza nos invita a arrodillarnos también en frente del pesebre, y juntos adorar al niño Jesús.
El cuadro es también un icono. No hay un elemento, un color ni una relación que no tenga su significado. Efectivamente hay 62 distintos símbolos en el cuadro. Se puede meditar sobre los siguientes:
La Estrella de Belén (es la Navidad) tiene ocho puntas (símbolo del cielo) con dos rayos extendiéndose hacia el pesebre: Dios Padre está bendiciendo a su Hijo.
Por encima de la Virgen hay doce estrellas (son las tribus de Israel y, a la vez, los apóstoles de Jesús). María es el puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Alrededor de María hay un resplandor (cf. Apocalipsis 12, 1). Ella lleva una corona por ser la Reina del Cielo, y un velo sobre la cabeza porque está casada. Está vestida de rojo, porque es un ser humano, y cubierta de blanco por ser sin pecado concebida. Lleva un manto azul celestial salpicado con estrellas porque “el poder del Altísimo vendrá sobre ti”.
San José está vestido al revés. Tiene el azul de su santidad escondido bajo un manto rojo por ser de este mundo, y lleva una vela para dar luz a su esposa, y a las necesidades materiales de las cuales es patrono.
El niño Jesús está durmiendo (y está muerto) pero despertará (y resucitará), sobre un pesebre que es, a la vez, un altar (y su sepulcro).
Atrás hay una columna, señal de que estamos en un templo. La cueva es un templo porque allí habita Dios mismo: el niño Jesús.
Las hendiduras en el techo, arriba a la izquierda, nos dicen que el mundo está decayendo, pero Jesús ha venido para restaurarlo.
El marco que sostiene el cuadro es posiblemente la expresión más refinada de la orfebrería dominicana. Un desconocido artista del siglo XVIII construyó esta maravilla de oro, piedras preciosas y esmaltes, probablemente empleando para ello algunas de las joyas que los devotos han ofrecido a la Virgen como testimonio de gratitud.
Oración: “Que la Virgen de la Altagracia, Señor, interceda por nosotros”. Amén.

LAS TRES TRADICIONES DE LA APARICIÓN
PRIMERA TRADICIÓN. La advocación procede posiblemente del pueblo español de Garrovillas de Alconétar (Cáceres), aunque se apunta también el de Siruela (Badajoz). Ambas poblaciones tienen a la Virgen de Altagracia como patrona y sendas ermitas dedicadas a ella. Otro dato que apunta a la región extremeña es que Nicolás de Ovando nació en Brozas (distante 10 kilómetros de Garrovillas) y además ejerció el cargo de Comendador de Lares (distante 11 kilómetros de Siruela) antes de llegar a La Española como Gobernador de las Indias en el año 1502.
SEGUNDA TRADICIÓN. En su relación del año de 1650, el canónigo Luis Gerónimo de Alcócer dice:
“La ymagen miraculosa de nuestra Señora de Alta Gracia está en la villa de Higüey, como treynta leguas desta Ciudad de Santo Domingo; son innumerables las misericordias que Dios Nuestro Señor a obrado y cada día obra con los que se encomiendan a su Santa ymagen: consta que la trayeron a esta ysla dos hidalgos naturales de Placencia en Extremadura, nombrados Alonso y Antonio de Trexo que fueron de los primeros pobladores desta ysla, personas nobles como consta de una cédula del Rey Don Felipe Primero, año de 1506, en que encomienda al Governador desta Ysla que los acomode y aproveche en ella, y aviendo esperimentado algunos milagros que avia hecho con ellos la pusieron para mayor veneracion en la yglesia parroquial de Higüey, adonde eran vecinos y tenían haciendas.”
“Parece que no quiere Dios Nuestro Señor que salga de aquella villa, porque a los principios embiaron por ella el Arzobispo y cabildo de la Cathedral y se desapareció de vn arca adonde la traian cerrada con veneración y cuidado y el mesmo tiempo se apareció en su yglecia de Higüei adonde solia estar; está pintada en un lienzo muy delgado de media vara de largo y la pintura es del nacimiento y está Nuestra Señora con el Niño Jesús delante y San Joseph a sus espaldas. “
“Y con aver tanto tiempo tiene muy vivos los colores y la pintura como fresca; van en romería a esta santa ymagen de Nuestra Señora de Alta Gracia de toda ysla y de las partes de las Indias que están más serca y cada día se ven muchos milagros que por ser tantos ya no se averiguan ni escriven, algunos en señal de agradecimiento, los hacen pintar en las paredes y otras parte de la yglecia y con ser los menos ya no ay lugar para más; son muchas las lismosnas que se hacen a esta santa yglesia y así está bien proveída de ornamentos y tiene muchas lámparas de plata delante de su santa ymagen”.
TERCERA TRADICIÓN. Nuestra Señora de Altagracia, fue vista en sueños por una joven en Higuey, (así lo narra Mons. Juan Pepen en su libro “Dónde floreció el naranjo”).
Hace más de tres siglos, cuando todavía en las llanuras y bosques de Hicayagua se encontraban restos de la indígena raza, vivía con su familia en las regiones de Duey, uno de los antiguos colonizadores españoles, que disfrutaba de una buena fortuna y gozaba de merecida fama y del aprecio y estima de las altas dignidades de la colonia.
Era costumbre en él, en épocas señaladas, hacer viajes a esta ciudad del Ozam, con el principal objeto de vender su ganado para proveerse de los menesteres de su hogar.
En una ocasión, y a principio de enero, el buen padre emprendió uno de esos viajes, trayendo el encargo de sus dos hijas, jóvenes ambas, en la flor de su edad: la una, la mayor, alegre y muy dada a los divertimientos, aunque de inocentes costumbres, pidió que le llevase vestidos, cintas, encajes y otros aderezos; la otra, apenas en las catorce primaveras de la vida, y a quien llamaban la Niña en aquellos villorrios, era, por el contrario, de espíritu recogido, entregada a las prácticas religiosas, que eran de su mayor agrado,encargó a su padre la Virgen de Altagracia. Extraña fue para él, que nunca había oído hablar de tal Virgen, la petición de su hija; pero así y todo, ella afirmó que la encontraría en su viaje.
De regreso a sus predios, con los regalos de la hija mayor, llevaba el amoroso padre el hondo pesar de no haber conseguido la Virgen de Altagracia para la Niña. Habíala buscado por todas partes, y no encontrándola, la solicitó de los Canónigos del Cabildo y aún del mismo Arzobispo, quienes le contestaron que no existía tal advocación.
Al pasar por Los Dos Ríos, pernoctó en la casa de un viejo amigo. En este tránsito, ya entrada la noche, cenando todos en familia, refiriendo el caso de la Virgen desconocida, manifestó el huésped viajero el sentimiento de aparecerse en su casa, sin llevar el encargo que le había hecho su hija predilecta. A la sazón, un anciano de barba blanca, que había pedido le dejasen pasar allí la noche, desde el apartado rincón en que estaba sentado, se puso en pie y, adelantándose hacia la mesa de los comensales, dijo: “¿Qué no existe la Virgen de Altagracia?”. Yo la traigo conmigo. Y echando mano de su alforja, sacó el pergamino y desenvolvió la pintura en lienzo de una preciosa imagen que era la de María adorando a un recién nacido que estaba en sus pies en una cuna. Más luego el afortunado padre, viendo realizado el ideal de su fervorosa hija, reiteró sus promesas al generoso peregrino, invitándole a que pasase a su casa cuando quisiera para recibir la recompensa de su donativo. Al rayar la aurora del nuevo día, se despertó la regocijada familia, y cuál fue su sorpresa al buscar y no encontrar por ninguna parte al misterioso aparecido.
Cuenta la tradición que, acompañada la piadosa doncella de varias personas, recibió a su padre en el mismo lugar donde hoy se encuentra el Santuario de Higüey, y que, lleno de alborozo en sus salutaciones, entregó aquél a su hija el tan esperado regalo.
Ella, al pie del naranjo que aún se conserva a pesar de los siglos, mostró a los concurrentes en aquél día 21 de enero, su soñada imagen y, desde ese momento, quedó establecido el venerado culto de la Virgen de Altagracia, confundida en sus principios con el nombre de la “Virgen de la Niña”.

HECHOS HISTÓRICOS DE RECONOCIMIENTO
Desde principios del siglo 17, y quizás poco antes, la devoción por la Virgen de la Altagracia pasó a Puerto Rico, específicamente a Coamo.Los viajeros que se trasladaban desde la Isla de Santo Domingo a Puerto Rico lo hacían por el “puerto del Higüey” (Boca de Yuma) y atravesaban el Canal de la Mona para llegar al puerto de San Germán. Por temor a los piratas que frecuentaban estos mares y mientras esperaban barcos en el “puerto del Higüey”, los viajeros acudían al santuario de la Virgen de la Altagracia en la villa de Higüey, implorando su protección contra los peligros del mar y de los piratas.
Antonio Cuesta Mendoza escribe en el tomo II de su Historia Eclesiástica de Puerto Rico: “De muy antiguo debió haver devotos en esta advocación pues ya para el 1647 le habían erguido una ermita particular [en la villa de San Blas de Coamo]“. De hecho, hay evidencia de que esta capilla ya estaba construida para el año 1622, o posiblemente desde antes.
El 21 de enero de 1692 se celebró una misa para dar gracias a la Altagracia por haber protegido a los voluntarios de Higüey y El Seibo quienes, un año antes, habían participado en la batalla feroz y sangrienta de “La Limonade”. Todos volvieron a casa sanos y salvos sin rasguño alguno. ¡Era un milagro patente!.
En el mismo 1692 el arzobispo Isidoro Rodríguez Lorenzo escribió una carta dirigida “a todos los fieles cristianos, estantes y habitantes, vecinos y moradores de este nuestro arzobispado” en donde por primera vez aparece una autoridad eclesiástica aprobando como buena y válida la fiesta de los 21 de enero conmemorando el “milagro”.
Hoy día hay al menos una religiosa “de servicio” en la basílica diariamente para recibir las promesas y anotar los milagros otorgados por la intercesión de la Altagracia.
A principio del siglo XX, Monseñor Arturo de Meriño, Arzobispo de Santo Domingo, pidió a la Santa Sede la concesión de Oficio Divino y Misa Propia para el día de la Virgen de la Altagracia suplicando, además, que fuese como festividad de precepto los 21 de enero. El pedimento fue aprobado y la concesión es efectiva para toda la Arquidiócesis de Santo Domingo.
La imagen de Nuestra Señora de la Altagracia tuvo el privilegio especial de haber sido coronada dos veces; el 15 de agosto de 1922, en el pontificado de Pío XI y por el Papa Juan Pablo II, quien durante su visita a la isla de Santo Domingo el 25 de enero de 1979, coronó personalmente a la imagen con una diadema de plata sobredorada, regalo personal suyo a la Virgen, primera evangelizadora de las Américas. Juan Pablo II también visitó a la Virgen en su basílica en Higüey.
En la actualidad, casi no existe una familia dominicana en donde no se encuentre un testimonio de la intercesión de “Tatica”, Nuestra Señora de la Altagracia.

LA BASÍLICA
Es el Santuario mariano más antiguo de América. Al inicio se construyó una iglesia muy pobre, hecha de yaguas y tablas de palmas. Muy pronto la gente comenzó a tenerle un aprecio especial al cuadro. La gran cantidad de peregrinos hizo que se construyera una iglesia nueva, de piedra, en 1572; la gran Basílica que actualmente cobija el cuadro se comenzó a construirse en 1946 y fue inaugurada en 1971.
La Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia se encuentra ubicada en la ciudad de Salvaleón de Higüey, en la República Dominicana, siendo esta catedral epónima de la provincia de La Altagracia.
Esta sólida construcción que ha resistido inconmovible como una roca a todas las inclemencias del tiempo, tiene una sola nave, sobria, con techo en forma abovedada, que sostienen cinco arcos, de elegante sencillez y robustez.
La cúpula forma una media naranja completa y una concha cobija el sitio que ocupa el altar mayor. Una estrella formada de piedra es la decoración de la cúpula; en los arcos lucen incrustados en serie hermosos rosetones.
El altar mayor, en cuyo centro se destaca el nicho de plata que guarda el Santo Retablo, es obra de arte del siglo XVI, magnifica, ejecutada en rica caoba tallada a mano. La mesa del saltar luce un artístico frontal de plata, metal que cubre también las gradas y el Sagrario.
La parte exterior del templo es sencilla, así como la torre o campanario, de escasa elevación, que guarda sonoras campanas donadas por el piadoso caballero don Joaquín Alfáu en el año de 1864, quien también obsequió el pavimento de mármol del templo en el año de 1876.
El Santuario atesora valiosísimas prendas de valor histórico, que son objeto siempre de la curiosidad de los visitantes; entre otras se encuentran principalmente: el marco de oro y plata de la Virgen, con incrustaciones de piedras preciosas, destacándose en él la rica esmeralda rodeada de brillantes, que su Santidad Pío X regaló al Arzobispo Adolfo Alejandro Nouel en ocasión de su elección como Presidente de la República, y que ese ilustre prelado donó a la Virgen de la Altagracia como segura prenda de su amor y acendrada devoción; una gigantesca y artística custodia de oro de la era colonial; un elegante trono de planta con incrustaciones y campanillas de oro del año 1811 para sacar la procesión del Sagrado Cuadro de la Virgen; un vistoso guión de plata obsequio del Presidente de la Real Audiencia de Santo Domingo en el año de 1737; igualmente de oro y plata una porta viático; un crucifijo, dos cálices y copones, seis varas del palio, cruz y ciriales parroquiales, candelabros y floreros, y otros objetos del culto de plata antigua.
Hoy la joya de mayor valor histórico, religioso, espiritual y material con que cuenta el santuario, es la hermosa corona de oro y piedras preciosas, rematada en una cruz de diamantes que sostienen dos ángeles de oro macizo, de siete filos de peso, que fue confeccionada con el oro y alhajas donados por el Pueblo Dominicano para su Canónica y Pontificia Coronación, celebrada sobre el Altar de la Patria el 15 de Agosto del año 1922.

miércoles, 30 de octubre de 2013

LA ARTESANÍA DOMINICANA

Artesanía

Aunque presenta numerosas diferencias de una provincia a otra, la artesanía dominicana es una rica manifestación artística que conjuga diversos elementos de las culturas taína, española y africana. Un crisol de técnicas, contenidos y tradiciones.


Inicios de la artesanía criolla

El pueblo dominicano ha creado su propia interpretación de los procesos culturales y ha creado manifestaciones artesanales nuevas a partir de sus herencias aborigen, europea y africana. Las primeras piezas de artesanía elaboradas en el país eran de uso doméstico, específicamente en hogares rurales, y confeccionadas de manera tradicional por grupos de mujeres.

Los rasgos decorativos de estilo criollo que enriquecieron la alfarería taína y africana fueron perdiéndose con el tiempo, posiblemente por sus propósitos puramente utilitarios entre los sectores más modestos de la población. De ahí que la alfarería criolla permaneciera sin elementos decorativos.

Entre los siglos XVI y XVII los artesanos labran imágenes religiosas a las que se rendía culto en los hogares. Estas imágenes abundan en las zonas rurales, siendo conocidos sus artesanos como santeros. Igualmente la talabartería, fruto del desarrollo de la ganadería, fomenta la confección de piezas de cuero. En este periodo se fabrican yugos, arados, sogas y otros instrumentos relacionados con el cultivo, sobre todo en la industria azucarera.

La Revolución Industrial permitió la fabricación de vajillas de loza, calderos y recipientes metálicos esmaltados a precios bajos. La proliferación de acueductos y el empleo de refrigeradores relegaron las tinajas y otros objetos artesanales a las zonas rurales.

En el siglo XIX el pensador dominicano Pedro Francisco Bonó resaltó la importancia social y económica del conjunto de actividades que llamó “industrias”, a la usanza del momento, refiriéndose a la producción artesanal de árganas, serones, esteras, macutos, aparejos, escobas, aguaderas, sillas, sombreros, hamacas y canastas en comunidades del Cibao.

Bonó llamó “industria del guano” en clara alusión a la fibra natural empleada, al conjunto de estas pequeñas “industrias”. Esta expresión incluía, además, a la cordelería, oficio que era aprovechado por los artesanos criollos para fabricar con cabuya y otros materiales toda clase de cuerdas para monturas, empaques de mercancías y alfombras.

La “industria del transporte” integrada por los recueros que trasladaban en mulas los productos agrícolas de exportación y las mercancías industriales importadas utilizaba monturas, aparejos, correas, carteras, sandalias y cofres. Durante esos años se elaboran maceteros, paneras, fruteras, platos para colocar recipientes calientes, pantallas para lámparas y las canastillas y el “moisés” de los recién nacidos.

En las primeras décadas del siglo XX una de las principales industrias artesanales en Santiago de los Caballeros es la fabricación de bateas (para lavar la ropa y bañarse), lebrillos (utilizados por las amas de casa para lavar alimentos y por las marchantas para vender frutas y verduras) y pilones de madera (para pilar arroz o café). También los artesanos empiezan a fabricar unas bateas especiales para el lavado del oro, una actividad que entonces se practicaba en numerosos ríos del país.

Segunda mitad del siglo XX

En 1955, Emil Boyre de Moya, director del Instituto Dominicano de Investigaciones Antropológicas de la Universidad de Santo Domingo, busca asesoría extranjera para la utilización de los motivos “ingerís” y tainos en la artesanía moderna del país, estimulando la creación de un arte llamado “Neotaíno”.

Para la ocasión fue contratado el artista yugoslavo Iván Gundrum, quien hasta el momento se había dedicado a realizar reproducciones de piezas taínas y a restaurar algunas piezas auténticas en el Instituto Guarná, de la ciudad de La Habana. Acompañando a Gundrum vino al país el ceramista cubano Luis Leal, y ambos empezaron a trabajar en la residencia de Boyre de Moya. Gundrum y Leal convirtieron luego sus diseños en obras artesanales de madera, barro, hueso, cuerno, ámbar, oro y tela, con el grupo de artesanos que laboraban en la Cooperativa de Industrias Artesanales (COINDARTE).

En este grupo se desataca el joyero artesano Emilio Pérez, quien ya venía trabajando el ámbar desde los años 50 y se convierte en maestro de jóvenes artesanos, dando inicio a la formación de personal calificado. Los diseños de Gundrum y las enseñanzas de Leal propiciaron la creación de bellas piezas y la perfección del grupo de artesanos que las mostraron en la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, evento organizado en 1955 por el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina.

COINDARTE pasó a llamarse Centro Nacional de Artesanía, (CENADARTE) en 1965. Y poco a poco fue perdiendo la cantidad y calidad de sus productos, pues sus mejores artesanos fueron abandonando paulatinamente el centro y los nuevos diseños eran escasos.

A mediados de los años 70 se incorporan a la joyería nacional los trabajos en pectolita, piedra semipreciosa conocida como “larimar”. Otros materiales empleados en la joyería: el cuerno, el hueso y las conchas marinas. Desde barro, porcelana, hueso, madera, hasta cabuya, cuernos y jícara de coco, todos esos elementos sirven de base para formar distintas figuras, entre las que resaltan aves y paisajes de colores típicos.

A finales de los años 60 y principios de los 70 apareció en Santo Domingo un individuo llamado Benyí. Vendía supuestas figuras taínas talladas en piedra, figuras que encontraba en los farallones de la Caleta. Según Benyí, excavaba y encontraba figura de cemíes, vasijas y fragmentos de diversas piezas. Muchas personas compraron estas figuras. La gran cantidad de objetos “encontrados” hizo dudar de su autenticidad. Benyí tallaba con maestría sus figuras y las enterraba para darles un aspecto “antiguo”. Al descubrirse el fraude, fue amonestado por las autoridades, pero luego pasó a ser un maestro artesano y enseñó su oficio durante muchos años.

También la empresa privada se plantea la producción artesanal como negocio: Antonia María Freites y Camilo Lluberes crean la Alfarería Artística Dominicana (ALFADOM) y contratan al norteamericano Bruce Kornbluth, quien había llegado al país en 1984, contratado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para la empresa Falconbridge.

ALFADOM florece junto a la incipiente y pujante industria turística, preparando decenas de nuevos artesanos, muchos de los cuales luego instalaron sus propias tiendas, unos con más suerte que otros. Ya para fines de los años 80 la mayor producción de barro artesanal se centra en ALFADOM y en las comunidades de Higüerito y Bonagua, entre las ciudades de Moca y Santiago de los Caballeros.

En el mismo periodo aparece la industria BONARTE en Bonao, que produce una cerámica muy resistente y atractiva, elaborada con un barro verdoso de alta temperatura.

Solamente las fábricas como ALFADOM y BONARTE pudieron repuntar y mantenerse en un mercado que cada vez tenía mas demanda, gracias a varias ventajas: utilizaban hornos a gas y altas temperaturas para aumentar la fortaleza de las piezas, seleccionaban sus materias primas, realizaban diseños originales y bien decorados, y creaban piezas más pequeñas orientadas al turismo.

Más tarde aparecen en el mercado unas muñecas estilizadas llamadas “Muñecas de Limé”, de rostro anónimo, con vestido largo, cargando agua en tinajas, vendiendo frutas u ofreciendo flores, con la cabeza recubierta por un pañuelo o bajo un elegante sombrero. Las piezas de Artesanía Limé, por su calidad artística y técnica, han tenido una fuerte demanda tanto nacional como internacional, convirtiéndose en un verdadero símbolo del país y ensanchando el espacio para otros diseños de muñequería.

Los hermanos Guillén –oriundos de la provincia Elías Piña en la zona sureste del país, zona famosa por sus leyendas de bacás y galipotes- aprendieron alfarería con la llegada de la Agencia Española de Cooperación Internacional a Yamasá, Monte Plata, en 1966. Los cinco hermanos aprendieron la confección de piezas de barro y, entusiasmados, estudiaron y realizaron sus propias investigaciones, buscando vestigios de los taínos y realizando reproducciones a partir de piezas originales. Los Guillén han viajado a diferentes áreas del Caribe y esperan hacer un museo con todas las piezas rescatadas. Poseen una amplia biblioteca del tema y afirman que fue en La Española donde más se desarrollaron los tainos. Esta familia de alfareros esta realizando una valiosa labor comunitaria al enseñar un oficio a los más jóvenes y una sana forma de recreo a los mayores, mientras contagian a todos el amor por nuestra cultura y tradiciones.

En el año 1977, la Misión China importó cinco especias de bambú desde Taiwán, instalándose el primer vivero de la Presa de Tavera, en coordinación con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos. La Cooperación entre la Misión China y la Secretaría de Agricultura permitió el establecimiento de un vivero en el kilómetro 59 de la Autopista Duarte, en Villa Altagracia, lo que ha contribuido con la reforestación de márgenes de arroyos y ríos. Allí se instaló el Centro de Capacitación para Artesanía de Bambú, cuyos objetivos principales fueron la creación de empleos y la capacitación de personal. En el Centro se han llevado a cabo diversos cursos sobre fabricación de muebles y de artesanía de bambú. Este tipo de artesanía ha tenido desde entonces un desarrollo constante.

La Secretaría de Cultura ha creado el Programa de la Artesanía Dominicana (DEPROMART), revalorizando la situación de la artesanía nacional y enfocando sus esfuerzos en el fortalecimiento de la identidad cultural a través de la capacitación y la formación de profesores, para que estos a su vez sean los educadores de otros cursos, apoyándose en el establecimiento de “aldeas artesanales”, para fomentar la artesanía local y dinamizar la economía regional.

Herencias Culturales

La artesanía dominicana es un crisol de tendencias taínas, españolas y africanas, un producto del sincretismo que caracteriza a la cultura dominicana en su conjunto.

Herencia taína

La herencia taína y de otros grupos que habitaron nuestra isla, antes de la llegada de los españoles, es rica en formas, materiales, técnicas y contenidos.

Los igneris fue el primer grupo agroalfarero que llegó a la isla. Eran ceramistas que producían vasijas de excelente cochura, con una destreza en el uso del blanco, rojo y naranja, sobre fondo rojo del barro, y en ocasiones con uso del negro para producir verdaderas obras de arte. Se distinguen por sus vasijas con elaboradas representaciones figurativas, junto a variados motivos geométricos, incisos y punteados, los cuales forman diseños abstractos a manera de bandas decorativas, circundando la parte superior de los recipientes.

Luego los taínos, más diestros con la madera, la piedra y la concha, dejaron por igual su impronta en el barro con un magistral manejo de la línea por incisión, perdiendo la pintura de la pieza, y la calidad en la formulación del barro y su conchura, pero sí logrando una síntesis admirable que sorprendió a los colonizadores. De esta forma elaboraron vasijas, ollas, platos, figurillas, sellos, ídolos, instrumentos musicales y burenes, para satisfacer las necesidades espirituales, religiosas, sociales y utilitarias.

Los taínos se destacaron además por sus creaciones en madera, piedra, algodón, concha hueso, oro, tejidos, hilados y cestería. Utilizaron materiales como el algodón, henequén, maguey, cabuya y bejucos. Elaboraron hamacas, redes de pescar, hilos, cuerdas, paños, naguas y cestas denominadas haras, que servían para transportar sus frutos.


Herencia española

Desde los primeros tiempos de la colonia, los Reyes Católicos incentivaron la migración de artesanos, que produjeron artículos utilitarios, fuertemente influenciados por la cultura española y europea de la época.

En los primeros años de la colonia, la alfarería española se caracteriza por varios tipos claramente diferenciados por su forma, modo de manufactura y fin utilitario, destacándose las botijas que eran envases empleados para el acarreo del aceite de oliva, las aceitunas, las almendras, la miel, la pólvora y el mercurio.

Un segundo tipo corresponde a la loza o cerámica vidriada, empleada en usos domésticos, representada mayormente por la mayólica, de origen mudéjar, la cual predomina en el Renacimiento. Los objetos de barro pasaban por una primera cocción y eran decorados mediante el empleo de esmaltes, a base de óxidos metálicos.

Presencia africana

La presencia africana en nuestra artesanía se encuentra, fundamentalmente, con hermosas expresiones, en signos, símbolos y contenidos, más que en objetos. Sus aportes están claros en el área espiritual, festiva y cultural, como por ejemplo, en la música, los instrumentos musicales, especialmente de percusión y en la danza.

Del África nos llega la tambora, instrumento clave en la estructura rítmica del baile nacional.

martes, 29 de octubre de 2013

HISTORIA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN REPÚBLICA DOMINICANA

ANTECEDENTES

1838

A juicio de Julio Genaro Campillo Pérez “La fundación de la sociedad patriótica “La Trinitaria” el 16 de julio de 1838, es sin lugar a dudas el germen del cual surgió el primer grupo político” que podría denominarse dominicano.

Laborando en la misma dirección que los trinitarios, surgieron “los afrancesados” que, al buscar la anexión a Francia, bregaban también por la separación de Haití.

1844
PARTIDO SANTANISTA

Fue formado por los partidarios del general Pedro Santana y quien, temiendo una incapacidad de la naciente república para enfrentar al ejército haitiano, dispuso la anexión a España el 18 de marzo de 1861.

1865
PARTIDO ROJO

Se basó en el carisma de Buenaventura Báez,  y tuvo un carácter reaccionario.

Los colores “rojo” y “azul” surgieron porque, al momento de lanzarse al combate en la llamada Revolución de 1857,  para distinguirse, los partidarios de uno u otro bando colocaron cintas de eso colores encima de sus sombreros.

PARTIDO AZUL

Inicialmente, no sirvió a ningún  caudillo o líder en particualar, sino que surgió para nuclear a los sectores más avanzados, herederos de las luchas restauradoras. Fue por este que la mayor influencia en la primera etapa de este partido la tuvo Gregorio Luperón. Este partido también fue llamado “liberal”, “Nacional” y “Nacional Liberal”.

Los colores “rojo” y “azul” surgieron porque, al momento de lanzarse al combate en la llamada Revolución de 1857,  para distinguirse, los partidarios de uno u otro bando colocaron cintas de eso colores encima de sus sombreros.

1874
PARTIDO VERDE

El partido “Verde” fue formado por los partidarios de Ignacio María González quien, habiendo surgido de las fuerzas liberales del partido “Azul”, decidió romper con aquel sosteniendo sus nuevas ideas de corte autoritario.

1902
LOS BOLOS

Fue formado por los seguidores de Juan Isidro Jiménez, por lo que también se le llamó “partido jimenista”. Mantuvo el color azul, pero como símbolo adoptó un gallo sin cola o “bolo”.

LOS COLUDOS

Formado por los adláteres de Horacio Vazquez, hecho por el cual también se le llamó “partido horacista”. Su color fue el rojo y su símbolo un gallo con su cola.

PARTIDO REPUBLICANO

Tuvo por misión apuntalar el régimen de Juan Isidro Jiménez que, para 1991, se encontraba en una posición difícil. Participaría luego apoyando a Trujillo en la “Confederación de Partidos” creada en 1930.



1920-1930
UNIÓN NACIONAL DOMINICANA

Fue una agrupación patriótica que surgió en 1920 para luchar por la salida de las tropas militares de los Estados Unidos y por la recuperación de nuestra plena soberanía. Estaba presidida por Emiliano Tejera.


PARTIDO NACIONAL

Fue el nuevo nombre que adoptaron los seguidores de Horacio Vásquez cuando se reactivaron las actividades políticas al arribarse a los acuerdos de 1922 para la salida de las tropas norteamericanas de ocupación y la convocatoria a elecciones.

PARTIDO PROGRESISTA

Fue el nuevo nombre que adoptaron los partidarios de Federico Velázquez cuando se reactivaron las actividades políticas al arribarse a los acuerdos de 1922 para la salida de las tropas norteamericanas de ocupación y la convocatoria a elecciones.

PARTIDO DOMINICANO

Fue el partido que sirvió de soporte político a la dictadura de Rafael L. Trujillo. Formado oficialmente el 16 de agosto de 1931 fue el único partido permitido durante el régimen. Fermín Cabral fue el principal auspiciador del PD, que tenía por símbolo una palma. El carnet de miembro del partido se convertiría en un documento obligado para todos los dominicanos mayores de edad. Regularmente las patrullas militares que recorrían la ciudad exigiendo a los ciudadanos “los tres golpes”: la cédula de identificación personal, el papel de certificación de haber hecho el servicio militar obligatorio y el carnet de miembro del PD, conocido popularmente como “la palmita”. Quien no tuviese estos tres documentos podía pasarlas muy mal.

1960-1965
MOVIMIENTO POPULAR DOMINICANO

Fundado por Máximo López Molina en 1960 aceptó la “invitación” de la dictadura para desarrollar sus actividades políticas abiertamente en el país.

Y era que, asediado por la comunidad internacional y con graves problemas internos, Rafael L. Trujillo decidió realizar un simulacro de democracia, para lo cual decidió “permitir” el libre juego de las ideas.

López Molina y el MPD se tomaron las cosas en serio y se instalaron en la avenida José Trujillo Valdez (Hoy Duarte) entre la avenida Mella y Benito González.

Diariamente, por medio de altoparlantes, el MPD denunciaba las condiciones crueles en que se encontraba el país y abogaba por el retorno a la democracia. Pero el juego no llegó lejos y el régimen reprimió con fuerza una y otra vez al partido el cual, sin embargo, se mantuvo firme.

Tiempo después de la caída de la tiranía el MPD se proclamó partidario del marxismo-leninismo, convirtiéndose en el principal partido proletario del país.

Incluso, fue la única organización de izquierda capaz de realizar una acción importante de envergadura internacional: el secuestro del coronel norteamericano Donald J. Crowley, por cuyo canje lograron la liberación de más de veinte dirigentes y militantes de su organización.

Su tesis de “comandos clandestinos”  y “lo mejor al campo” se convirtieron en una serie amenaza para el gobierno de Los 12 años de Balaguer, por lo que fueron perseguidos sin piedad y, la muchos de sus dirigentes, aniquilados.

Hoy, la herencia del MPD está cimentada en el Partido Comunista del Trabajo, PCT.

EL 1J4

El Movimiento Clandestino 14 de Junio fue fundado el 10 de enero de 1960 por numerosos jóvenes que juraron luchar por el derrocamiento de la dictadura de Trujillo. Adoptaron el nombre en honor a la fecha de inicio de las malogradas invasiones de Constanza, Maimón y Estero Hondo que buscaban también la libertad del pueblo dominicano.

Al ser descubiertos por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) muchos de ellos fueron asesinados y otros pararon en las cárceles de tortura del régimen.

Al caer la tiranía Manuel A. Tavárez Justo asumió la dirección del 1J4 el cual rápidamente logró la aceptación del pueblo, sobre todo por medio de su periódico “El 1J4”, cuyas secciones “Conozca los caliés” y “¿Dónde están los presos políticos” contribuyeron grandemente a hacer conciencia sobre los horrores del trujillato.

Luego del derrocamiento del gobierno constitucional del profesor Juan Bosch, en 1963, el 1J4 se alzó en armas por medio de varios focos guerrilleros que, no obstante, fueron prontamente diezmados por las fuerzas del triunvirato que derrocó a Bosch. Manolo fue agarrado vivo con algunos de sus compañeros y fusilados en el acto, lo cual provocó que Don Emilio de los Santos, que presidía el régimen golpista, renunciara en protesta por el hecho brutal.

El 14 de Junio tuvo una participación destacada en la insurrección de abril de 1965 y ofreció su apoyo al PRD en las elecciones de 1966, lo cual fue rechazado por el profesor Juan Bosch, bajo el argumento de que “Si me dan un voto, me quitan dos”.

Las luchas intestinas y la represión de los “12 años de Balaguer” terminaron por liquidar al 1J4 que se vio una y otra vez enfrentado a la realidad de la división.

Hoy, lo que queda del 1J4 la conserva el Partido de los Trabajadores Dominicanos y en la Unión Patriótica (UPA).

UNION CIVICA NACIONAL.

La Agrupación Patriótica Unión Cívica Nacional fue fundada en 1961 por numerosas personalidades opuestas al régimen de Trujillo y, de inmediato, se convirtió en la organización de mayor incidencia en la población, haciendo famoso como símbolo un sombrero de cana. Su líder lo fue el Dr. Viriato A. Fiallo, que hizo célebre la frase “¡Basta ya!” dirigida a los remanentes del trujillato.

La UCN enfrentó duramente a los residuos de la tiranía, oponiéndose a todo tipo de conciliación con los herederos del régimen, encabezado por Joaquín Balaguer.

Sin embargo, al convertirse en Partido Poítico, el 26 de junio de 1962, fue blanco de una campaña terrible por parte de sus oponentes electorales lo cual le asestó un golpe mortal a su prestigio. Ello se tradujo en una aplastante derrota frente al PRD en las elecciones de diciembre de 1962, las primeras libres celebradas en el país en más de treinta años.

Su apoyo al golpe de Estado que derrocó a Juan Bosch en 1963 terminó por liquidar a la UCN como partido político.


PARTIDO REVOLUCIONARIO DOMINICANO

El Partido Revolucionario Dominicano es, posiblemente, la organización política más exitosa en toda la historia de nuestro país: bajo sus designios siete personas han logrado sentarse en la silla presidencial: Juan Bosch, en 1963; Rafael Molina Ureña, en 1965; Fransico A. Caamaño, en 1965; Don Antonio Guzmán, en 1978; Jacobo Majluta, en 1982; Salvador Jorge Blanco, en 1982 e Hipólito Mejia, en el 2000.

Habiendo sido fundado en el exilio, en 1939, se estableció en el país el 5 de julio de 1961 y, en pocos meses, arrebató al 1J4 y a la UCN la mayor influencia sobre la población, ganando las elecciones de 1962.

Su gobierno, presidido por el fundador del partido, Juan Bosch, proclamó una constitución progresista y en siete meses amenazó grandes intereses económicos  y políticos nacionales e internacionales, por lo que fue derrocado por medio de un golpe de Estado.

Organizó, entonces, una conspiración civico-militar que, el 24 de abril de 1965 hizo saltar al triunvirato golpista, por medio de una insurrección popular que provocó la segunda intervención norteamericana, hecho producido el 28 del mismo mes.

El PRD perdió las elecciones celebradas en 1966, luego de la Guerra de Abril. Y, a partir de entonces, emergió su segundo gran líder: el Dr. José Francisco Peña Gómez. Pero no fue sino hasta el 1978 cuando  el partido volvió al poder, instalando en el palacio nacional a Don Antonio Guzmán Fernández. Este, recogiendo un reclamo nacional, liberó todos los presos políticos, permitió el regreso de los exiliados, desmanteló los clanes militares y, en fin, restableció la democracia en el país. Pero se suicidó poco antes de terminar su mandato. Jacobo Majluta  lo terminó, gobernando durante 43 días.

A continuación, el partido postuló al Dr. Salvador Jorge Blanco, cuyos primeros dos años en el gobierno parecerían una continuación de los logros de Don Antonio, ahora haciendo hincapié en los aspectos económicos. Sin embargo, cuando se produjeron protestas populares en el mes de abril de 1984 la respuesta represiva fue tan desproporcionada que, a partir de ese momento, el régimen perdió todo respaldo popular.

Posteriormente, Jorge Blanco, en unión de Peña Gómez, encabezó una tendencia dentro del PRD para bloquear el ascenso de Jacobo Majluta, para lo cual idearon un denominado “Pacto La Unión (sic)” fue, en la práctica, un instrumento de desmoralización del perredeismo. El resultado fue el triunfo de Balaguer quien, inesperadamente, lanzó contra Jorge Blanco una persecución política vehemente, que este no supo responder acertadamente, terminando juzgado, encarcelado y condenado por corrupción junto a varios de sus colaboradores, algunos de los cuales –José Michelén, por ejemplo- eran, a los ojos del pueblo, ciertamente culpables de los hechos señalados.

El PRD fue dividido a las elecciones de 1990, pero logró sacar una cantidad de votos suficiente como para optar exitosamente por el poder cuatro años más tarde. Sin embargo, las mismas circunstancias que impidieron el triunfo del  PLD en el 90 atentaron esta vez contra el PRD en el 94.

Las reformas producidas a la constitución en 1994 y que exigieron un voto más del cincuenta por ciento para alcanzar la presidencia, así como la alianza PLD-PRSC, le negaron al PRD en el 1996 la victoria que obtuvo, finalmente, en mayo del 2000, llevando como candidato al agrónomo Hipólito Mejía.

PLD: ORIGEN Y TRAYECTORIA

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fue fundado en diciembre de 1973 como una negación dialéctica de las prácticas clientelistas, populistas e individualistas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). 

El propósito de su fundador y líder histórico, el profesor Juan Bosch, fue construir una organización con el objetivo de completar la obra del patricio Juan Pablo Duarte, sintetizada en lograr una patria libre, soberana e independiente, en la que imperen la justicia social y el respeto a la dignidad humana.

En su propósito de crear un partido de liberación nacional Juan Bosch fundó una organización con características nunca antes vistas en América: disciplina, principios, unificación de criterios y vocación de servicio.

Desde su Congreso Constitutivo, honrado con el nombre de Juan Pablo Duarte, el Partido de la Liberación Dominicana ha celebrado diez congresos especiales, denominados electores, para escoger candidatos nacionales, provinciales y municipales, y, sin incluir el actual, ha organizado seis congresos generales.

Los Congresos generales que ha organizado son, en orden cronológico:
El I Congreso Napier Díaz González (1978), el II Congreso (1982), el III Congreso Jaime Vargas (1986), el IV Congreso Félix Servio Ducoudray y Miguel Soto (1990), el V Congreso Enmanuel Espinal (1994) y el VI Congreso Profesor Juan Bosch (2001).

Desde el principio el PLD definió su Congreso con las atribuciones de establecer la teoría, revisar los estatutos, fijar sus principios, elegir su dirección nacional, establecer las líneas políticas nacional e internacional y definir su estructura orgánica.

Hasta la realización del VI Congreso Profesor Juan Bosch el PLD se mantuvo como un partido de cuadros. En ese Congreso se incorporó un conjunto de reformas que dieron origen a un nuevo tipo de organización
abierta y de masa que avanza a pasos acelerados a la conversión en una maquinaria electoral.

La vocación institucionalista del Partido y su organización quedan claramente evidenciadas en el hecho de que ha realizado todos sus congresos nacionales en la fecha prevista, con la sola excepción del que debió organizarse en el 1998. Por decisión plebiscitaria él de ese año fue pospuesto para el 2000 por coincidir las elecciones de medio término de entonces y la integración del Partido en la reconstrucción de las zonas devastadas por el huracán Georges.

PARTICIPACION ELECTORAL

Concomitantemente con la adecuación de su estructura y lineamientos generales a las condiciones históricas y sociales de cada momento, el PLD ha actuado en vinculación estrecha con las exigencias políticas prácticas de cada coyuntura. Es así, pues, como desde su participación en las elecciones de 1978 ha estado presente, con objetivos bien definidos, en todos los procesos electorales que ha tenido el país.

En su actuación electoral primeriza, apenas cuatro años y cinco meses después de su fundación, el PLD obtuvo el voto de 17 mil 375 dominicanosy dominicanas, cantidad que equivale al 1.11 por ciento de la votación general. Con su participación en esas elecciones el PLD perseguía difundir sus símbolos y sus posiciones sobre los problemas del país, así como identificar a dominicanos y dominicanas con sensibilidad política para incorporarlos a la organización. Esos propósitos fueron logrados, como lo evidencia el resultado de su participación en las elecciones de los años 1982 y 1986, en las cuales el Partido se planteó como objetivo superar el bipardismo que imperaba en el país con los partidos Revolucionario Dominicano
y Reformista Social Cristiano.

En las elecciones de 1982 el Partido logró el apoyo de 179 mil 849 electores, cantidad que representa el 9.8 por ciento de todos los votos contados en ese proceso. Con esa votación el PLD obtuvo siete diputados y 25 regidores en once municipios.

Cuatro años después, en las elecciones de 1986, se identificaron con la oferta electoral del Partido 387 mil 881 electores, votación que equivale al 18.4 por ciento del total de votos computados. Con ese sufragio el PLD conquistó 16 diputados, nueve más que los de 1982, dos senadores y tres síndicos; además,
62 regidores en 31 municipios.

Los datos indican que ya para el 1986 el PLD se había hecho adulto y estaba listo para tomar el poder.

La ocasión se presentó en 1990, año en que obtuvo 653 mil 272 votos del millón 934 mil 500 computados. Un fraude electoral postergó para más adelante el ascenso al poder del Partido. 

Como consecuencia del fraude electoral de 1990, el PLD ve interrumpida en las elecciones de 1994 su línea de crecimiento ascendente y reduce su votación al 13 por ciento. Pese al descenso el Partido salió de ese proceso con su autoridad política y moral fortalecida, como resultado de su destacada participación en la solución de la crisis post-electoral de ese año.

La crisis política de 1994 fue superada con un acuerdo de las organizaciones mayoritarias que se denominó Pacto por la Democracia. En esencia ese pacto estableció una reforma a la Constitución de la República que incluyó, entre otras decisiones, la eliminación de la reelección presidencial, la separación de las elecciones presidenciales de las congresuales y municipales y la incorporación de la doble vuelta en el sistema electoral dominicano, con un tope de 50 por ciento más un voto para ganar en la primera vuelta. Además se dispuso que dos años después se celebrarían elecciones presidenciales.

Después de haber desempeñado un papel estelar en la solución de la crisis post-electoral de 1994, el PLD participa en las elecciones nacionales de 1996 con el doctor Leonel Fernández como candidato presidencial. En la primera vuelta de esos comicios la boleta peledeísta obtiene un millón 130 mil 523 votos, cantidad que equivale al 39 por ciento de los sufragios computados. En la segunda ronda electoral, celebrada 45 días después, y contando con el respaldo del PRSC, el PLD alcanza el triunfo con un millón 466 mil 382 votos.

En el año 1998, en cumplimiento de una de las reformas incorporadas a la Constitución en 1994, se celebran elecciones congresuales y municipales. En esa ocasión el PLD obtuvo 654 mil 713 votos, con los que aumentó de 12 a 42 diputados y de uno a cuatro senadores.

Ya en la fase final del período de su gobierno, para las elecciones del año 2000, el PLD lleva como candidato presidencial al licenciado Danilo Medina, quien obtiene el apoyo de un millón 996 mil 923 dominicanos y dominicanas.

El Partido se consolida como la segunda fuerza política del país.

En las elecciones de medio término de 2002, y pese a las acciones fraudulentas de PRD y el PPH, el PLD obtiene resonantes triunfos al ganar la sindicatura y la senaduría del Distrito Nacional, la plaza política más importante del país, más de 40 diputados y el control de otros cinco gobiernos municipales.

En condición de principal organización política del país el PLD participa en las elecciones del año 2004 y obtiene, con el doctor Leonel Fernández como candidato a la Presidencia, dos millones 63 mil 871 votos, equivalentes al 57.11 por ciento de la votación válida general. Con esa cantidad de votos el Partido se convierte en la primera organización en ganar unas elecciones en la primera ronda, después del establecimiento del sistema de la doble vuelta.

El PLD EN LA ACTUALIDAD

Sesenta días después de la clausura del VI Congreso Profesor Juan Bosch el PLD ya había superado la meta de la primera fase del plan que se había dado, consistente en organizar para esa fecha a 250 mil dominicanos y dominicanas. Para entonces, mediados del año 2001, ya se habían organizado 350 mil nuevos miembros. El propósito era contar con un millón de miembros para las elecciones de 2004. 

De 33 mil miembros con que contaba el Partido previo al VI Congreso la cantidad se elevó a 530 mil, organizados en más de dos mil organismos, para el Congreso Elector de noviembre de ese año que escogería a los candidatos congresionales y municipales para las elecciones de 2002.

En el Congreso Elector para escoger el candidato presidencial, concluido el 29 de junio del año 2003, había registrados en el padrón orgánico la cantidad de 854 mil compañeras y compañeros.

Esa cantidad ha sido elevada, previo a la inauguración del VII Congreso Doctor Rafael Kasse Acta, a más de un millón 100 mil dominicanos y dominicanas, que han visto en el PLD el instrumento partidario idóneo para hacer de la política, como lo dijo el patricio Juan Pablo Duarte, y creía el compañero Juan Bosch, la actividad más noble, después de la Filosofía, para ocupar la inteligencia humana. 

PLD-GOBIERNO 

El Partido de la Liberación Dominicana, fundado en 1973, nació con la misión estratégica de completar en el país la obra libertaria de los Padres de la Patria. La nación había salido en 1961, con la decapitación de Rafael Leonidas Trujillo Molina, de una feroz tiranía de 30 años, e iniciado desde entonces un proceso de transición hacia la democracia que, en 1962, llevó a la presidencia de la República al Profesor Juan Bosch, a la sazón líder del Partido Revolucionario Dominicano.

Ese proceso de transición fue, en principio y hasta finales de la década de lo años ’70 sumamente tortuoso. Bosch había ganado las elecciones de 1962 con el 59 por ciento de los sufragios, y creado amplias raíces de
apoyo popular, porque concibió y puso en práctica una Constitución de profundo contenido social e inició transformaciones sin precedentes en la historia del país.

Los sectores oligárquicos de entonces no toleraron esos cambios, por lo que se agenciaron el apoyo de fuerzas reaccionarias del exterior e iniciaron un proceso de conspiración que culminó con el derrocamiento de Bosch, mediante un golpe de Estado perpetrado el 25 de septiembre de 1963.

El pueblo, identificado a plenitud con el excelente gobierno que había presidido Bosch en los siete meses que estuvo al frente del Estado, y por la honestidad a toda prueba y el discurso apasionante del más ilustre pensador dominicano contemporáneo, inició entonces hermosas jornadas de lucha, por “la vuelta a la constitucionalidad sin elecciones”, que culminaron en la histórica guerra patria de abril de 1965.

Ese movimiento, de profundo corte patriótico, fue frustrado por una intervención militar norteamericana, y al final se realizó un proceso electoral ampliamente cuestionado, mediante el cual es llevado a la Presidencia el
doctor Joaquín Balaguer, y se inicia así el período conocido como el de los 12 años.

Las luchas por las libertades y la auténtica democracia se acrecientan, y con ellas la figura de su principal protagonista, el Profesor Juan Bosch, quien en 1973, a los 64 años de edad, convencido de que el PRD
había cumplido su misión histórica, funda el PLD, al que concibe y organiza como “un partido nuevo en América”.

El PLD se lanza a la conquista del poder por la vía democrática, y en 1978 obtiene apenas 17 mil votos; cuatro años más tarde, en 1982, multiplica esa cantidad por 10 y logra 170 mil; y ya para 1986 se acerca a los 400 mil sufragios, con lo que rompe el bipartidismo que por 20 años habían impuesto el PRD y el Partido Reformista. En 1990, el PLD, con Juan Bosch como candidato presidencial, alcanza la mayor votación del proceso comicial de entonces, pero el triunfo le es escamoteado mediante lo que el
histórico líder político llamó “un fraude colosal”.

En 1994, el PLD interrumpe su hasta entonces creciente ascenso electoral. En ese período las elecciones se polarizaron entre los doctores Joaquín Balaguer y José Francisco Peña Gómez, y al final se produjo una de
las peores crisis políticas de nuestra historia reciente, en cuya solución el PLD jugó un rol estelar al concebir y conseguir que se aprobara y se firmara en el Palacio Nacional el histórico Pacto por la Democracia, como parte del cual se acordó convocar a elecciones dos años después.

En 1996, esta vez con el doctor Leonel Fernández como candidato presidencial, el PLD obtiene cerca de un 40 por ciento de la votación en la primera ronda electoral, lo que obliga a una segunda vuelta, porque el candidato más votado, el doctor Peña Gómez, no alcanzó el porcentaje requerido para ganar. Para esa segunda vuelta, Leonel consigue el apoyo del doctor Balaguer, que había quedado en tercer lugar, y ambos conforman el Frente Patriótico, que gana los comicios, y lleva, por primera vez, a un eledeísta a la presidencia de la República.

Discípulo de Bosch, Leonel hace acopio de su herencia política y aplica con éxito, desde el Poder, las enseñanzas y la vocación patriótica y de servicio del maestro, las cuales fortalece con su dominio de la realidad nacional y mundial de nuestros tiempos, y hace un gobierno que amplios sectores convienen en valorar como el mejor de nuestra historia democrática.

Los éxitos de esa gestión, expresados en amplia apertura democrática, institucionalidad y modernización del Estado, una política internacional que abre al país las puertas del Mundo y un crecimiento económico que organismos internacionales definieron como el milagro dominicano, sentaron las bases para que en el año 2004 el PLD y Leonel Fernández volvieran al Gobierno, esta vez con la más alta votación alcanzada por partido y candidato alguno en toda la historia nacional.

Este VII Congreso Doctor Rafael Kasse Acta encuentra al PLD en el Gobierno, impulsando la modernidad y el progreso, para servir al pueblo, como siempre lo soñó el Profesor Juan Bosch. 

RECUPERACIÓN ECONOMICA

El VII Congreso del Partido de la Liberación Dominicana coincide con la etapa de recuperación económica impulsada por su segunda Administración. En el Programa de Gobierno presentado al electorado previo a las elecciones del año 2004, en materia de política económica, el PLD adelantaba que su orientación estaba destinada a recuperar la estabilidad y el camino del crecimiento económico. La estabilidad sería lograda con la creación de un clima de confianza a partir de políticas públicas coherentes que estimulasen la inversión.

La propuesta lleva consigo un compromiso: promover y realizar las reformas económicas e institucionales que sean necesarias, que nos preparen para enfrentar los nuevos retos de una economía mundial más abierta
y que permitan no sólo producir riquezas sino distribuirlas mejor. A pocos meses de gestión gubernamental encontramos las siguientes cifras, expresiones de la recuperación del crecimiento con estabilidad:

HISTORIA DE LA TELEVISIÓN EN REPÚBLICA DOMINICANA

El primer programa en proyectarse fue Romance Campesino, transmitido por la hoy Corporación Estatal de Radio y Televisión, canal 4  Casandra Damirón en La Voz Dominicana
La llegada de la televisión a la República Dominicana, un acontecimiento que convirtió al país en la tercera nación de América Latina en tener un medio masivo de comunicación que posteriormente revolucionó al mundo. En América Latina los primer en recibir la televisión fueron México y Cuba.


La televisión llegó a las 12 del mediodía del 1 de agosto de 1952 y el primer programa en proyectarse fue Romance Campesino, una producción del cuadro de comedias de La Voz Dominicana. La señal que se emitió a través del canal 4 de la hoy Corporación Estatal de Radio y Televisión proyectó las actuaciones los protagonistas de la serie cómica Romance Campesino que tuvo como protagonistas a los personajes Felipa y Macario, encarnados por la actriz Toña Colón y el actor Luis Mercedes Miches.
ROMANCE CAMPESINO (MACARIO Y FELIPA) 1952
El programa fue presentado por la locutora María Cristina Camilo, quien a su vez se convirtió en la primer mujer dominicana en aparecer en como presentadora de un programa de televisión.

Previo a la instalación de la televisora, el gobierno del dictador Rafael Leonidas Trujillo había creado La Voz del Yuna en 1943 en la ciudad de Bonao, cuyo creador fue José Arismendy Trujillo, convirtiéndose en una de las primeras emisoras en América Latina.

Se utilizó un transmisor T.T.5-A de cinco kilovatios de potencia de video y 2.5 en audio. De esa forma, República Dominicana se convirtió en el tercer país de América Latina, después de México y Cuba, en tener televisión.

Los equipos utilizados eran de la marca RCA, comprados bajo la firma y compra en la representación de los señores José Arismendy Trujillo Molina, Abraham Santamaría y mister Robert, este último de nacionalidad estadounidense. El ingeniero J.K. Gram., de la RCA, vino al país para instalar el transmisor, junto a otros técnicos alemanes y polacos.

En 1953 se cambió el nombre de La Voz del Yuna por el de Palacio Radiotelevisor La Voz Dominicana, desde donde se realizaban transmisiones por radio y televisión.

En La Voz Dominicana se forjaron los primeros locutores, cantantes y comediantes ya que allí se establecieron escuelas de canto y locución.

Por el llamado Palacio de la Televisión desfilaron muchos artistas de renombre nacional e internacional, entre ellos Bobby Capó, Casandra Damirón, Elenita Santos, los comediantes Tin Tan y Pildorín, Elsa Miranda, Eva Garza, Libertad Lamarque, Leo Cortez, Miguel Aceves Mejía, María Victoria, Tony Aguilar, María Antonieta Pons, Kid Gavilán y Pedro Vargas.

Desde su fundación, la televisora oficial ha pasado por varias etapas y cambios de nombre, pero siempre ha ocupado la misma sede, en la calle Doctor Tejada Florentino número 8, del sector Villa Consuelo, en Santo Domingo. En 1965, pasó a llamarse Radio Televisión Dominicana (RTVD), luego, Televisión Dominicana, nombre que pronto fue cambiado para regresar al de RTVD. El 29 de julio de 2003, por ley pasa a llamarse Corporación Estatal de Radio y Televisión (CERTV), nombre que conserva hasta hoy.

Hoy día, el Museo Lulio Moscoso exhibe piezas, fotografías y documentación que recogen la historia del nacimiento de la televisión dominicana. Su nombre rinde tributo a quien fuera uno de los primeros técnicos de la radio televisora estatal y que durante más de 40 años estuvo a su servicio.

Sin duda que fue un gran paso para el país la instalación de la planta televisora. Hoy ese medio transita por senderos jamás pensados y el público recibe, al minuto acontecimientos mundiales y nacionales desde que se originan.

Televisión privada

En 1959 fue instalado el primer canal privado del país, que fue Rahintel, canal 7, con una participación importante de Radhamés Trujillo.

El 30 de noviembre de 1969 fue instalada en Santiago de los Caballeros Color Visión, la primera televisora a color del país y la tercera en Latinoamérica. Luego fue trasladada a Santo Domingo, donde desde entonces opera a través del canal 9.

Más tarde fue inaugurada Teleinde, que transmitía desde el canal 13. Otra televisora privada, Telesistema, canal 11, fue inaugurada en 1978 y al año siguiente, Teleantillas, en los canales 2 y 13.

Una de las innovaciones más trascendentales de los últimos años fue la introducción al país de la televisión por cable, a partir de 1981, por parte de la empresa Telecable Nacional.

lunes, 28 de octubre de 2013

BIOGRAFÍA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN


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Santo Domingo de Guzmán por Fra Angelico
Sus padres fueron Félix Núñez de Guzmán y Juana Garcés (llamada comúnmente Juana de Aza, beatificada en 1828) y tuvo dos hermanos, Antonio y Manés (este último, uno de los primeros beatos dominicos).
De los siete a los catorce años (1176-1184), bajo la preceptoría de su tío el arcipreste de Gumiel de Izán, Gonzalo de Aza, recibió esmerada formación moral y cultural. En este tiempo, transcurrido en su mayor parte en Gumiel de Izán, despertó su vocación hacia el estado eclesiástico.
De los catorce a los veintiocho (1184-1198) vivió en Palencia; seis cursos estudiando artes (humanidades superiores y filosofía); cuatro, teología; y otros cuatro como profesor del Estudio General de Palencia.
Al terminar la carrera de artes en 1190, recibida la tonsura, se hizo canónigo regular en la catedral de Osma. Fue en el año 1191, ya en Palencia, cuando vende sus libros para aliviar a los pobres del hambre que asolaba Castilla. Al concluir la teología en 1194, se ordenó sacerdote y fue nombrado regente de la Cátedra de Sagrada Escritura en el Estudio de Palencia.
Al finalizar sus cuatro cursos de Docencia y Magisterio Universitario, con veintiocho años de edad, se recogió en su cabildo, luego el obispo le encomienda la presidencia de la comunidad de canónigos y del gobierno de la diócesis en calidad de Vicario General de la misma.
En 1205, por encargo del rey Alfonso VIII de Castilla, acompaña al obispo de Osma, monseñor Diego de Acebes, como embajador extraordinario para concertar en la corte danesa las bodas del príncipe Fernando. Con este motivo, realizó viajes a Dinamarca y a Roma, y durante ellos se decidió su destino y se aclaró definitivamente su ya antigua vocación misionera. Convencido de que los herejes cátaros debían ser convertidos al catolicismo, comenzó a formar el movimiento de predicadores. De acuerdo con el papa Inocencio III, en 1206, al terminar las embajadas se estableció en el Languedoc como predicador entre los cátaros, y en 1206 establece una primera casa femenina en el Prouille. Rehusó los obispados de Conserans, Béziers y Comminges, para los que había sido elegido canónicamente.



Archivo: Santo Domingo en oración.jpg
Domingo de Guzmán vio la necesidad de un nuevo tipo de organización para enfrentar las necesidades de su tiempo, uno que mantendría la dedicación y la educación sistemática de las anteriores órdenes monásticas para influir en los problemas religiosos de la población, pero con más flexibilidad de organización que las otras órdenes monásticas o la clerecía secular.
Para predicar la doctrina católica entre los pueblos apartados de la fe, en 1215 establece en Tolosa la primera casa masculina de su Orden de Predicadores, cedida a Domingo por Pedro Sella, quien con Tomás de Tolosa se asocia a su obra. En septiembre del mismo año llega de nuevo a Roma en segundo viaje, acompañando del obispo de Tolosa, monseñor Fulco, para asistir al cuarto Concilio de Letrán y solicitar del Papa la aprobación de su orden como organización religiosa de canónigos regulares. De regreso de Roma elige con sus compañeros la regla de San Agustín para su orden y, en septiembre de 1216, vuelve en un tercer viaje a Roma llevando consigo la regla de San Agustín y un primer proyecto de constituciones para su orden. El 22 de diciembre de 1216 recibe del papa Honorio III la bula Religiosam Vitam por la que confirma la Orden de Predicadores.
Al año siguiente retorna a Francia y en el mes de agosto dispersa a sus frailes; envía cuatro a España y tres a París, y él decide marchar a Roma. Se dice que allí se manifiesta su poder taumatúrgico con numerosos milagros y se acrecienta de modo extraordinario el número de sus frailes. Meses después enviará los primeros frailes a Bolonia. A finales de 1218 regresa a Castilla a recorrer Segovia, Madrid y Guadalajara.
Por mandato del papa Honorio III, en un quinto viaje a Roma, reúne en el convento de San Sixto a las monjas dispersas por los distintos monasterios de la ciudad para obtener para los frailes el convento y la Iglesia de Santa Sabina.
En la fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la orden, celebrado en Bolonia. En él se redacta la segunda parte de las constituciones. Un año después, en el siguiente capítulo celebrado también en Bolonia, se acordará la creación de ocho provincias.
Con su orden claramente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, agotado físicamente, fallece el 6 de agosto de (1221) tras una breve enfermedad, a los cincuenta y un años de edad, en el convento de Bolonia, donde sus restos permanecen sepultados. En 1234 el papa Gregorio IX lo canonizó. La Iglesia Católica celebra su fiesta el 8 de agosto.
La ciudad capital de la República Dominicana (Santo Domingo de Guzmán) lleva ese nombre en honor a él.
Domingo de Guzmán contaba que veía a la Virgen sosteniendo en su mano un rosario y que le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. El santo se levantó muy consolado y abrasado en celo por el bien de estos pueblos, entró en la Catedral y en ese momento sonaron las campanas para reunir a los habitantes.

Representación iconográfica



En este fresco aparece representada la Santísima Virgen entregando el Santo Rosario a Santo Domingo de Guzmán. En la escena también aparecen Fray Pedro de Santa María y Ulloa, Santa Catalina de Siena y la Siervita de Dios, Sor María de Jesús de León Delgado. El fresco se encuentra en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife, España).

Santo Domingo de Guzmán tiene asociados varios elementos relacionados con su vida. Por ello se le representa con diferentes símbolos:

Perro con antorcha
La leyenda (primera biografía de Santo Domingo) narra una visión que su madre, la Beata Juana de Aza, tuvo antes de que Santo Domingo naciera. Soñó que un perrito salía de su vientre con una antorcha encendida en su boca. Incapaz de comprender el significado de su sueño, decidió buscar la intercesión de Santo Domingo de Silos, fundador de un famoso monasterio Benedictino de las cercanías. Hizo una peregrinación al monasterio para pedir al Santo que le explicara el sueño. Allí comprendió que su hijo iba a encender el fuego de Jesucristo en el mundo por medio de la predicación. En agradecimiento, puso a su hijo por nombre Domingo, como el santo de Silos. Es un nombre muy apropiado, por cuanto Domingo viene del Latín Dominicus, que significa del Señor. De Dominicus (Domingo) viene Dominicanus (Dominico, que es el nombre de la Orden de Santo Domingo). No obstante, utilizando un juego de palabras, se dice que Dominicanus es un compuesto de Dominus (Señor) y canis (perro), significando el perro del Señor o el vigilante de la viña del Señor)
En su carta del 4 de febrero de 1221 a todos los obispos de la Iglesia recomendando la Orden de Santo Domingo, el Papa Honorio III dijo que Domingo y sus seguidores habían sido nombrados para la evangelización del mundo entero. Y en otra carta, esta vez dirigida a Domingo (18 de enero de 1221), el Papa les llamaba pugiles fidei (caballeros de la fe, defendiéndola contra todo el que se oponga a ella). Esto es lo que Domingo hizo durante toda su vida, defender la fe con el ejemplo de su vida y con su predicación incesante contra los herejes del Languedoc en el sur de Francia, y con su deseo de ser misionero entre los no-cristianos.

Azucena
Usualmente se le representa con unas azucenas en la mano. El amor por la pureza de Domingo fue tan perfecto que, en su lecho de muerte, al hacer una confesión pública frente a sus hermanos, pudo decir: Gracias a Dios, cuya misericordia me ha conservado en perfecta virginidad hasta este día; si deseáis guardar la castidad, evitad todas las conversaciones peligrosas y vigilad vuestros corazones. Y entonces, sintiendo remordimiento, dijo a Fray Ventura, Prior de Bolonia: Padre, temo que he pecado hablando de esta gracia delante de los hermanos. La pureza de su alma y el deseo de que sus hijos le imitasen le llevaron a hacer esa revelación.

Estrella
Se nos dice en la misma leyenda que durante el bautismo de Domingo apareció una estrella sobre su frente. Por medio de su vida y predicación, Domingo fue como un faro guiando almas hacia Cristo. Desde sus años de estudiante en Palencia, España, donde vendió sus valiosos libros con el fin de conseguir dinero para ayudar a los pobres que sufrían una gran sequía, y donde llegó a ofrecerse a ser vendido como esclavo para redimir a cristianos cautivos por los moros, a aquella noche, en un viaje a Dinamarca, que pasó en conversación con el hospedero hereje, atrayéndole por fin otra vez a la fe verdadera, a su etapa en el Languedoc, donde pasó los mejores años de su vida, su enseñanza y predicación, hasta la fundación de su Orden, Santo Domingo fue siempre una estrella brillante que atrajo almas perdidas a Cristo.

La Cruz, el Estandarte, el Santo Rosario
La Cruz de dos brazos (llamada patriarcal) es un símbolo de los fundadores de grandes familias religiosas (patriarcas) o de importantes comunidades cristianas que han dado origen a otras muchas. Se usa para Santo Domingo porque él fue el primero en sacar al monje del monasterio a la ciudad, convirtiéndole en apóstol: un religioso sin dejar de ser un monje. Otras órdenes fueron fundadas inmediatamente después de los Dominicos o casi simultáneamente, como los Franciscanos, y todos siguieron la misma pauta. Fue mucho después, en el siglo XVI, cuando aparecieron las Congregaciones dedicadas al trabajo apostólico, pero sin observancias monásticas.
El Estandarte con el emblema Dominicano es el escudo de armas de Santo Domingo. Blanco y negro: pureza y penitencia, muerte y resurrección, combinando el ideal Dominicano de mortificación y alegría, renuncia al mundo y posesión de Cristo. Su lema es Laudare, Benedicere, Pradicare que significa Alabar, Bendecir, Predicar.
En cuanto al Rosario, la explicación es obvia. Santo Domingo fue el fundador del Rosario, un regalo de María para ayudarle en su trabajo para la conversión del mundo.

El libro y la Iglesia
En algunas representaciones, Santo Domingo sostiene un libro en su mano izquierda. El libro representa la Biblia, que era la fuente de la predicación y espiritualidad de Domingo. Era conocido como el Maestro Domingo por el grado académico que obtuvo en la universidad de Palencia, España. Sus contemporáneos nos dicen que en sus viajes por Europa siempre llevaba consigo el Evangelio de San Mateo y las Cartas de San Pablo. Esto hace referencia a la visión que tuvo en una de sus noches de vigilia. Mientras Domingo oraba, los Santos Pedro y Pablo se le aparecieron. San Pedro llevaba consigo el Evangelio, y Pablo sus Cartas, con este mensaje: Ve y predica, porque has sido llamado para este ministerio. Esta revelación le reafirmó en su vocación de continuar siendo un Predicador Itinerante, no solo en el sur de Francia sino también en todo el mundo por medio de su Orden, la Orden de Predicadores.
A veces, sobre el libro hay una iglesia. Esta iglesia representa la Basílica Laterana, la Madre Iglesia universal.
Santo Domingo tuvo que enfrentarse con muchos obstáculos legales para que el Papa aprobara su nueva Orden. De acuerdo con la leyenda, el Papa Inocencio III, Santo Domingo y San Francisco tuvieron un sueño. Cada uno de ellos vio que la Basílica Laterana estaba comenzando a derrumbarse, y a dos frailes, uno en hábito blanco y el otro en un hábito marrón, colocándose ellos mismos como columnas para evitar el colapso total. Domingo se reconoció a sí mismo como el fraile del hábito blanco, pero no sabía quién era el otro fraile. De igual modo, Francisco de Asís se reconoció a sí mismo como el fraile del hábito marrón, pero desconocía quién era el del hábito blanco. Para Inocencio III el sueño era un rompecabezas y un misterio. El día siguiente, cuando Domingo iba a ver al Papa sobre la aprobación de su Orden, se encontró a un fraile joven vestido con un hábito marrón. Mirándose mutuamente, cada uno reconoció al otro como el compañero que ayudaba a soportar la Basílica Laterana, y se abrazaron en medio de la calle. Después fueron juntos a ver al Papa, y éste comprendió inmediatamente el significado de su sueño: Las Órdenes de estos dos gran hombres serán como columnas que salvarán a la Iglesia de su destrucción.

Las tres mitras
También se representa a Santo Domingo con tres mitras, pues alude al ofrecimiento que le hicieron de tres obispados, pero los rechazó porque quería dedicarse a los pobres.

Reliquias
Si bien el cuerpo de Santo Domingo de Guzmán permanece en su Basílica de Bolonia, existen numerosas reliquias de él a lo largo y ancho del mundo. En enero de 2007 la Vicaría de Roma concedió una de primera clase y que puede encuadrarse dentro de la tipología de las ex osibus a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Alhaurín el Grande (Málaga) en atención a los profundos lazos históricos y devocionales que unen a la Orden Dominicana con esta corporación nazarena. Esta reliquia es procesionada cada Viernes Santo junto a otra de San Roque en un relicario doble situado en el frontal del trono de María Santísima del Mayor Dolor, Sagrada Titular de esta Hermandad.