Entre las cálidas aguas del mar Caribe y el Océano Atlántico, inmediatamente después de los
1,575 kilómetros de costas de República Dominicana, habitan millones de peces ideales para el
consumo humano.
Pero la explotación de este recurso de la fauna animal por parte de los dominicanos todavía no
pasa de los niveles artesanal y semi-industrial. (La pesca dominicana no llega a industrial)
importantes recursos económicos para ir “mar adentro”.
Los 12 mil pescadores artesanales y los 2 mil de aguas interiores
(ríos, presas, lagunas…) que se dedican a esta actividad
desembarcaron 10,316, 000 kilogramos de pescado en el 2010, por
valor de RD$1, 223, 375,360, equivalentes a US$33, 064,199,
según los registros del Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura
El mismo registro indica, sin embargo, que se importaron 32,
857,876 kilogramos de productos pesqueros, por un valor de RD$3,
162, 483,499, equivalentes a US$85, 472,527. En otras palabras: el 76% de los productos pesqueros demandados por el
mercado nacional en ese período llegaron de aguas extranjeras.
“Nosotros no tenemos cultura de comer pescado. Y, a pesar de que vivimos en una isla, la productividad de nuestras aguas circundantes no es tan
alta como la de los países que han desarrollado una industria con esta actividad”, resalta Ricardo Colón, director ejecutivo del Codopesca, y agrega
que en los últimos cinco años la República ha conseguido exportar productos comestibles marinos por un valor superior a los US$35 millones.
Las zonas pesqueras más importantes del territorio nacional se encuentran, por orden de productividad, en las aguas cercanas a Puerto Plata,
Pedernales, Sabana de la Mar y Samaná.
Métodos
En el litoral norte se concentran las cinco plantas que procesan los frutos marinos de la pesca semi-industrial, la cual está categorizada por el tamaño
de las embarcaciones utilizadas y no por los métodos de captura, preparación y empaque.
Las otras áreas están especializadas en pesca artesanal, y comercializan sus capturas en los mercados locales y en los complejos hoteleros de este
pedazo de isla.
La directora nacional de Recursos Pesqueros, Jeannette Mateo Pérez, explica que los organismos más buscados entre las aguas salobres son la
langosta, el mero, los pargos y el lambí, con respeto de las temporadas locales e internacionales de veda que protegen los ciclos de reproducción de
cada especie animal.
En los años recientes, cuenta Mateo Pérez, los pescadores dominicanos han prestado mayor atención al atún, las agujas, dorados y demás grupos
pelágicos (que se mueven con las corrientes submarinas). La pesca semi-industrial o industrial no se puede hacer en las aguas del país si el interesado
no solicita con anterioridad los permisos estatales correspondientes.
EXPANSIÓN EN LA ACUICULTURA
PROYECTO
Los productos pesqueros que República Dominicana exporta hacia los mercados de Estados Unidos, México, Puerto Rico y otras naciones de la
región generan cerca de US$35 millones en divisas. El Ministerio de Agricultura, con el apoyo de la Unión Europea, pretende aumentar este monto
con la promoción de técnicas de acuicultura entre los productores interesados en aprovechar las facilidades de los convenios de libre comercio.
La idea es producir grandes cantidades de pescado, crustáceos y moluscos en estanques controlados, aprovechando los recursos hídricos de los que
dispone el país. De este modo se reducirían los altos costos de la actividad pesquera de allende las costas. Hasta el año pasado la exportación estaba
conformada por las siguientes categorías: Congelado, Conservas, Aleta de tiburón, Pepino de mar seco, Otros. También se incluyen Cangrejos, Peces
Ornamentales y otros Organismos Vivos.
La directora de Recursos Pesqueros informa que la importación de materiales de acuicultura está libre de impuestos a modo de incentivo.